El Castillo de la Cultura

De Solares y Resolanas

Seguramente para quienes transitan por Santa Catarina, han visto sobre una loma o un pequeño cerro, a un castillo que resalta en un sector en donde abundan colonias y centros comerciales. Al poniente de la cabecera municipal sobresale una construcción edificada en 1955 por Manuel Frías García, situado en la Loma Pelona también conocida como cerro de la Santa Cruz. Manuel Frías vivía en Monterrey en donde se dedicaba atendiendo una mueblería de su propiedad y había llegado tiempo atrás a comprar terrenos y establecer en ellos casas de renta. Cuentan que la primera ocasión que llegó al pueblo, le impresionó la llamada Loma Pelona, la cual vio oportuna para construir un recinto dedicado a la exposición de sus obras plásticas, las cuales elaboraba en su tiempo libre.

Se dice que compró el cerro a la municipalidad en 20,000 pesos y lo primero que hizo fue construir un camino hasta la cima, participó en la nivelación del terreno y diseñó la construcción del castillo, que fácilmente se puede describir como de dos niveles, de estructura sencilla y sólida, con cuatro torreones, amplias terrazas de acceso y cuatro habitaciones para uso personal. Tiene una sala en forma octagonal en la que predominaba un mural de 9 metros de largo por tres de ancho, realizado por Frías en 1956. En esa pintura estaban plasmadas las principales montañas que rodean a Monterrey, lamentablemente ese mural fue dañado por el vandalismo y luego borrado durante la restauración del inmueble.

Don Manuel Frías mediante excavaciones logró hacer un sótano, en donde construyó unas galerías que simulaban unas grutas repletas de estalactitas y estalagmitas de concreto y yeso; las cuales orgullosamente presentaba a los visitantes como una copia de las Grutas de García. En los patios del castillo, instaló reproducciones del calendario azteca, una cabeza olmeca, la imagen del dios prehispánico de la primavera, una enorme olla, dos serpientes emplumadas, mismas que instaló a la entrada de la sala, una fuente y una mesa de concreto con mosaico.

En la estancia principal y demás habitaciones, predominaban pinturas y esculturas con motivos regionales o clásicos respectivamente; que dieron origen al nombre original del inmueble: el Castillo del Arte. Abriendo el local los fines de semana para que los turistas pudieran conocer la faceta artística de su dueño. Incluso una aventurita de Pipo se rodó en este lugar.

Este Castillo del Arte fue obra de un solo hombre, a quien le llevó muchos años de dedicación y esfuerzo; para dejar volar su espíritu artístico y que creó manifestaciones representativas de la región. Lamentablemente a la muerte de Manuel Frías en 1982, el refugio del arte fue presa del vandalismo y de la destrucción. La señora Teresa García de Sepúlveda lo rescató para hacer de él una casa de la cultura, pero que luego fue destinada como academia de policía y en la actualidad espera el sueño de los justos en donde ahora es utilizado como centro de rehabilitación para jóvenes que han caído en el vicio. Este lugar fue un sitio recurrido por las autoridades del municipio a fines del siglo XX para realizar las festividades del 5 de Mayo, para conmemorar la batalla de Puebla en donde Ignacio Zaragoza, hizo que las armas nacionales se cubrieran de gloria. Lo cierto, es que el primer museo de arte en Nuevo León, fue establecido en éste lugar y no le damos su importancia.

Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina