El río Salinas nace en General Cepeda, Coahuila, recorre parte del territorio de Ramos Arizpe, hasta ingresar a Nuevo León en una antigua estación de nombre Ramos y pasa cerca de Icamole en Villa de García. Continúa su curso cerca de Arista, por un valle cercano a la sierra del Muerto y recoge vertientes de arroyos que bajan de la sierra del Fraile. Entra a Mina por la antigua hacienda de Jesús María y de San Antonio del Muerto, lugar en donde antiguamente confluían los caminos entre Monclova, la Pesquería Grande como del Valle de las Salinas.
Recibe más adelante por la izquierda, las aguas del río Cuanales. Aunque recorre solamente cuatro kilómetros, en el siglo XIX llevaba tanta agua como para formar un salto de agua de casi siete metros de altura. Se llama de los “cuanales” en honor a un grupo étnico que habitaba la región a la llegada de los colonizadores.
Luego atraviesa al municipio de suroeste a noroeste en Mina, pasa muy cerca de las cabeceras municipales de Hidalgo y de Abasolo, en donde se nutre del arroyo de los Báez o de Vázquez. Su curso también riega al territorio de la municipalidad de El Carmen y entra a Salinas Victoria en el Arroyo Hondo. De igual forma, toca muy cerca la cabecera municipal para nutrirse con el agua del arroyo San Diego llamado también de Gomas. Más adelante se suman a su cauce, los arroyos provenientes de la sierra de Santa Clara y de Mamulique, casi con los límites de Ciénega de Flores.
El río continúa su dirección hacia el este e ingresa a General Zuazua y Marín, hasta Pesquería en donde se une al río del mismo nombre en un lugar que llaman Las Adjuntas. Incluso sirve de límites entre Pesquería y Marín. Para 1910, el caudal del río comprendía hasta siete bueyes equivalente a 64 mil litros de agua aproximadamente en una longitud del río de cerca de 122 kilómetros.
A este río se le llama de distintas formas: Salinas, del Capadero y hasta de Río Viejo. Obviamente el río se llama Salinas debido a la cantidad salitrosa contenida en sus aguas como en las tierras de sus alrededores. También da nombre al valle que articula a una de las regiones más representativas de Nuevo León conocida como el Valle de las Salinas, en el cual Bernabé de las Casas hizo un latifundio muy importante y que se dividió entre sus descendientes. Casado con Beatriz Navarro, a sus hijos Bernabé y Marcos cedió las tierras de Icamole y San José de la Popa. San Francisco de Cañas, para su hija María al casarse con Juan Alonso Lobo Guerrero en 1626. Las de Magdalena y Viuda de Eguías, actual Abasolo a doña Beatriz que se casó con Diego de Villarreal y las de Chipinque, actual El Carmen a Juliana de las Casas, casada con Diego Fernández de Montemayor.
El río Salinas favoreció las actividades económicas de una próspera región, actualmente considerada la zona de influencia del área metropolitana. Ancho y orgulloso; lamentablemente hoy está muy contaminado y se vuelve sumamente peligroso cuando hay lluvias torrenciales, entonces las cabeceras de Salinas Victoria, El Carmen y Abasolo quedan incomunicadas pues se debe atravesar por el río.
Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de Santa Catarina