Profr. y Lic. Héctor Jaime Treviño Villarreal

¡Arriba Linares!

Crónicas de Nuevo León

Profr. y Lic. Héctor Jaime Treviño VillarrealDespués de las convulsiones por las que pasó al emerger a la vida independiente y superar el fallido “imperio”de Iturbide, así como las dificultades para el establecimiento de la república federal; poco a poco se consolidó el gobierno de Guadalupe Victoria, primer presidente de México.

En Nuevo León se juró la Primera Constitución Política del Estado el 5 de marzo de 1825, y el 3 de junio de ese año, se hizo el escrutinio de los votos de los diferentes distritos emitidos a favor de los dos candidatos: José María Parás y José Antonio Rodríguez, cuál no sería la sorpresa de los diputados que el resultado fue un empate, por lo que la legislatura de acuerdo a lo establecido en la Carta Magna, resolvió el conflicto con el lanzamiento de una moneda, favoreciendo la suerte a Parás, quedando como vicegobernador Rodríguez ¡El primer Gobernador Constitucional, ganó el puesto en un volado!

En el año de 1827, se efectuaron elecciones para escoger la persona idónea para Segundo Gobernador Constitucional, honor que recayó en el linarense Manuel Gómez de Castro; fue así como la zona cítrica aportó los dos primero gobernadores constitucionales, pues hay que recordar que el primero fue Don José Marías Parás y Ballesteros, nativo de Montemorelos.

Al tomar Gómez de Castro como nuevo mandatario estatal, entre aplausos y vítores se distinguió el grito de ¡Arriba Linares!

La actuación del gobernante linarense fue aceptable, acorde a las necesidades de la época y con la problemática de echar a caminar las nuevas estructuras de un sistema de gobierno desconocido por los mexicanos, y se batalló para desprenderse de los lastres coloniales.

Entre los logros de la administración de Manuel Gómez de Castro podemos mencionar:

  • Impulsó fuertemente la agricultura en el Estado
  • Procuró que los municipios fueran autosuficientes en su economía, por los que dio todo el apoyo necesario para lograrlo.
  • Expidió el reglamento para la Milicia Cívica, donde se estableció que “todo ciudadano entre los 21 y 50 años estaba obligado a adiestrarse militarmente, con la excepción de jornaleros, profesores, funcionarios e inválidos”.
  • Alertó a la ciudadanía contra los constantes ataques de los indios.
  • Estableció impuestos a la elaboración de tabaco, naipes y papel sellado.
  • Erigió en villas a Hualahuises e Hidalgo.
  • Fundó casas de beneficencia, impulsó la educación y creó el reglamento de policía.
  • Permitió la formación de sociedades secretas de la masonería, pero en el año 1828, tuvo que prohibirlas en el Estado, porque la mayoría de los conspiradores pertenecían a ellas.

Al concluir su período fue electo vicegobernador y suplió en diversas ocasiones al titular Joaquín García. Posteriormente en 1833, resultó designado como gobernador, pero renunció una semana más tarde, posiblemente a causa de una enfermedad que lo aquejó.

En síntesis los períodos en que estuvo al frente de la primera magistratura estatal fueron del:

17 de febrero de 1827 al 17 de febrero de 1829

9 de noviembre al 30 de diciembre de 1829

17 al 25 de febrero de 1833

3 de agosto de 1834 al 17 de febrero de 1835

6 de febrero al 19 de marzo de 1836

Lo anterior es una somera descripción de la trayectoria gubernamental del primer linarense de los que han ocupado el máximo puesto en el Estado, urge investigar a fondo este período y resaltar la obra y dimensión de Gómez de Castro; lo poco conocido de su período es lo que se ha escrito en obras generales.

Fuente: Los Gobernantes de Nuevo León. Historia (1579’1989). J.R. Fortson, Ed. México, 1990. P. 65.

Héctor Jaime Treviño Villarreal