No cabe la menor duda, no era el día de Horacio, éste iba ganando con un bagre bastante grande en “Especies Varias”, pero; siempre hay un pero, que lo eche a perder todo. (Recuerden que es excelente pescador).
Los jueces de ese día 4 de abril de 1971 eran: Eliseo Treviño Hino josa, Benito López Valadez, Glafiro Guadiana Jasso y Darío Antonio Rodríguez Garza. Cabe recordar también que el torneo se hacía en coordinación del Centro de Seguridad Social, con el Club “Corona” local. (Por aquello de que no te entumas).
De improviso, llegó Genaro Garza Chapa con una tortuga, que pesó 1.990 kg. y al preguntar:
– ¿Qué si la podía registrar? Los jueces se miraban unos a otros, como que no sabían que hacer ante tal situación. (Apenas era el IV Torneo y de repente Benito dijo:
– ¿Salió del agua la tortuga?
-¡Sí! -dijo Genaro.
– Pues, ¡démosle entrada! (Registro).
Y así fue. No sin antes, por aquello de que no midiera los 30 centímetros de longitud, Benito trajo unas pinzas y no sin batallar, (decían los viejitos de antes, que si te mordía una tortuga, no te soltaba hasta que rebuznara un burro blanco), lo cual no querían averiguar. Se le estiró la cabeza con las pinzas y hasta midió de más.
Al poco rato, (como que ya se habían puesto de acuerdo), llegó Francisco “Panchito” Alejandro Cantú y al ver el pizarrón de registros dijo:
– ¿Se vale registrar tortugas? porque yo también pesqué una.
– Pues tráigasela inmediatamente porque se muere, dijo Benito.
– No, si le moché la cabeza, dijo “Panchito”.
– Como quiera aquí nos arreglamos, al cabo ya metimos la pata, volvió a decir Benito. Sobra decir que la operación se repitió y pesó 1.700 kg. para segundo lugar final.
No había pasado ni media hora, cuando Horacio pensó:
-Voy a ver como ando en “especies varias”, ya que sabía que era difícil que le ganaran.
Lo sucedido después, por sabido se calla, sus protestas, no le valieron ante los aguerridos jueces. Aquí cabe una sugerencia:
Si lo ven ahora, por favor, no le recuerden aquel incidente, porque nada más se acuerda de un juez y ya sabrán quien es. El coraje todavía no se le quita. (Para acabarla de amolar, con su enorme bagre, no alcanzó lugar, peor tantito).