“No habia motivo para que se usara la fuerza bruta en contra de los jóvenes y de los estudiantes”.
Lo anterior fue declarado por Andrés Manuel López Obrador, durante un mitin del Movimiento Regeneración Nacional en el Ángel de la Independencia.
En dicho evento, realizado al mismo tiempo que en la Cámara de Diputados tenía lugar la ceremonia de toma de protesta de Enrique Peña Nieto, el dos veces ex candidato presidencial condenó el uso de la fuerza contra quienes se manifestaban por la asunción del mexiquense.
Pero, para quienes estuvieron en el lugar de los hechos, y para quienes lo vimos por la televisión, los acontecimientos mostraron a decenas de jóvenes, muchos de ellos con los rostros cubiertos, actuando como una turba salvaje, armados con palos, tubos, piedras y bombas molotov, arremetiendo, una y otra vez, contra los elementos policiacos.
Por si fuera poco, los vándalos descargaron su furia realizando pintas y causando destrozos en aparadores y fachadas de diversos negocios y en bienes públicos, todo lo cual constituyen delitos que no deben quedar impunes.
Al respecto, la Constitución reconoce el derecho a manifestarse, pero haciéndolo de manera pacífica, pudiendo gritar consignas y portar pancartas, pero sin causar daños ni violar derechos de terceros.
Debemos recordar que la violencia sólo genera violencia, y por la manera en que actuaron quienes se manifestaron el 1 de diciembre, no era posible contestarles arrojándoles flores y confeti.
Ante los hechos mencionados, no cabe duda que las actitudes y las constantes descalificaciones y arengas cargadas de rencor de quien jura que su movimiento es pacifico, están logrando su cometido.
Castellanos
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo