Tal y como lo anticiparon las encuestas. Beatriz Paredes Rangel se alzó con el triunfo derrotando holgadamente a Enrique Jackson Ramírez y será la presidenta del CEN del PRI a partir de este domingo 4 de marzo, cuando rinda protesta ante la Asamblea Nacional del tricolor.
Beatriz Paredes, con una larga trayectoria política en su haber, tendrá ante sí un gran reto, y así lo ha reconocido, pues no será nada fácil recuperar la confianza de la ciudadanía y recobrar el terreno perdido en las urnas, que han llevado al PRI a ser la tercera fuerza política en el país.
Pero también deberá realizar una intensa labor al interior del partido, iniciando con la operación cicatriz, para después tratar de aglutinar los diversos grupos y conciliar intereses para que todos caminen en un mismo rumbo y con igual propósito.
Para esto, que se ve bastante complicado, y, casi casi como una misión imposible, la nueva dirigente priísta tendrá que echar mano de toda su experiencia, capacidad y oficio político para ir uniendo las piezas del rompecabezas en que se ha venido convirtiendo el PRI desde que perdió su punto de cohesión, encarnado en la figura del Presidente de la República.
En resumen, un partido igual en muchos sentidos, donde aún prevalecen ideas, actitudes y prácticas arcaicas, pero con mucha menos influencia, entendiendo ésta con el número de posiciones en todos los niveles de Gobierno (Senado, Cámara de Diputados, Gubernaturas, Legislaturas locales y alcaldías) es la papa caliente que tomará en sus manos la ex Gobernadora de Tlaxcala, que con su victoria en la elección interna se sacó la rifa del tigre, aunque algunos maloras digan que en realidad se sacó la rifa del cadáver del tigre.