La Siembra
Había un pueblo anclavado en un hermoso valle, rodeado de montañas azules, desde lo alto de la sierra se podía contemplar el caserío, todas las construcciones eran sencillas como así lo era la gente que habitaba este lugar.
Las casas formando hileras a lo largo del río que atravesaba a esta pequeña población del norte de ese estado; formando hermosos remansos la corriente de agua cristalina que pasaba por allí, escuchándose suaves murmullos, como quien dijese que el agua platicaba con las nubes que presurosas pasaban por aquel límpido cielo que servía de techo y de cobija al pueblo aquel.
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