Los comentarios y las voces del pueblo de aquella época, fueron asimilados por aquel Congreso Constituyente que se reunió en la ciudad de Querétaro, allá en aquella época en que finalizaba el año de mil novecientos dieciséis, el objetivo era la elaboración de una nueva Constitución, que sirviera para reemplazar a la de mil ochocientos cincuenta y siete, como en todos los actos importantes de la vida hay “los pros” y “los contra”.
Había en aquella época constituyentes que querían que las reformas fueran leves, mientras que también había otros que buscaban reformas y cambios profundos, después de muchas acaloradas discusiones y por supuesto prolongados debates, apareció una nueva Carta Magna el cinco de febrero de mil novecientos diecisiete.
Hoy recordamos a todos aquellos que de una manera y otra hicieron su mejor esfuerzo para darle a México una nueva Constitución.
Queremos señalar que la redacción de principios y leyes siempre será buena para todos, pero su observancia será mejor.
México tiene buenas leyes.
Hasta la próxima.
