Dr. Antonio Guerrero Aguilar

La presencia norteamericana en Nuevo León (segunda parte)

De Solares y Resolanas

Dr. Antonio Guerrero Aguilar

El proceso migracional masivo

Dr. Antonio Guerrero AguilarEl proceso migracional masivo

Con el establecimiento de la Fábrica de Hilados y Tejidos de la Fama de Nuevo León en Santa Catarina en el año de 1854, muchos técnicos y personal calificado proveniente de los Estados Unidos, se asentaron en la localidad. Años después, dos empresas más hicieron lo mismo, incrementando las actividades comerciales entre Texas y Nuevo León, a través de las fábricas de hilados y tejidos El Porvenir en el Cercado, Santiago, y la Leona en Garza García, quienes importaban el algodón de las plantaciones sureñas.

Era tanta la dependencia económica, que siendo gobernador del Estado, don Santiago Vidaurri, se decía que quería separar a Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas para unirse a la confederación sureña y formar la supuesta República de la Sierra Madre.

Precisamente a partir de la década de 1860, un considerable número de norteamericanos emigraron debido a la influencia y al intercambio comercial e industrial que se tenía con grandes ciudades de los Estados Unidos. En escritos de la época, vemos como la población local le concedía cierta superioridad racial y los procuraban de halagos y atenciones. Incluso muchas señoras de alcurnia los buscaban para que se quedaran como yernos.

De acuerdo a unas estadísticas de 1879, solo había 38 norteamericanos quienes integraban la colonia más numerosa en el estado. Cuando se estableció la fábrica de hielo y cerveza Cuauhtémoc en 1890, la cantidad aumentó considerablemente: en 1895 había 1,368 habitantes, para 1900, 1,165. La mayoría radicaban en poblaciones como Monterrey, Lampazos, Montemorelos y Villaldama. Por consiguiente se decía que el idioma más hablado después del castellano era el inglés.

Era tal la influencia norteamericana, que en 1910 se hablaba de un proceso de americanización en México. Cabe señalar que durante el porfiriato, las inversiones y las comunicaciones estrecharon más a las dos naciones y en especial a la región noreste con Texas. Muchos de ellos se asentaron con grandes inversiones en la industria metalúrgica, se abrieron centros educativos para sus hijos y de escuelas que enseñaban el inglés como segunda lengua.

Un historiador de la época anotaba: “la colonia norteamericana y española principalmente y aunque en menor número, franceses, alemanes, ingleses e italianos, elementos todos ellos que contribuyen a dar gran impulso al comercio e industrias del estado” (sic)

El entonces gobernador del Estado, don Nicéforo Zambrano en su memoria de gobierno de 1919 apuntaba lo siguiente: “Salen para México infinidad de ciudadanos norteamericanos, unos para hacer exploraciones en sus terrenos, otros para explorar lo ya adquirido y los más, para establecer negociaciones de índole diversa en aquellos lugares que consideran un filón de oro”. (sic)

Actividades económicas

La primera actividad económica que se desarrolló entre ambos países fue la del comercio, incrementándose notablemente después de 1846. El Río Bravo se llenó de embarcaciones que entraban por Matamoros y río arriba, llegaban hasta Roma, Texas, para propiciar el intercambio de mercancías y personas en la llamada Cuenca del Río San Juan y de las llamadas villas del Norte que eran Reynosa, Camargo, Mier, Guerrero y Laredo.

Entre 1861 y 1865, durante la guerra civil norteamericana, fueron bloqueados los puertos de Texas y de Louisiana, haciendo que los confederados buscaran nuestra frontera para la salida de sus productos. La ruta que seguían era la siguiente: San Antonio a Eagle Pass, Texas, de ahí a Piedras Negras, Coahuila, de aquí a Monterrey, para luego buscar salida a Matamoros, Tamaulipas y vender los productos en La Habana y Londres.

Y cuando la marina de la armada del Norte se dio cuenta, también impidió la salida de las embarcaciones mexicanas, haciendo que el algodón como materia prima se quedara en la región para producir textiles. Es cuando algunos empresarios locales amasaron sus fortunas, pues a cambio de algodón, les daban armas y alimentos a los sureños, sobresaliendo dinastías como los Milmo, Madero y Vidaurri.

Sus empresas e inversiones

En las memorias del general Bernardo Reyes, vemos muchas solicitudes para obtener concesiones industriales y mineras. Tanto las comunicaciones, como la minería, la industria acerera, la agricultura, la introducción de servicios como agua, luz y gas, fueron impulsados por miembros de la colonia norteamericana.

Uno de ellos, el coronel José A. Robertson llegó a Monterrey en 1889. Fundó en en 1895 el Monterrey News, apareciendo dos ediciones, una en inglés y otra en español. Instaló una ladrillera y ayudó en la pavimentación de algunas calles de la ciudad. Formó parte de la Compañía de Tranvías Urbanos que abrió una ruta hasta San Bernabé del Topo Chico y también intervino en la fundación de la Compañía de Agua y Drenaje de Monterrey.

Mandó traer de California y Florida las mejores variedades de frutas. Hacia 1893 introdujo los primeros injertos de naranjo y con el trascurso del tiempo, convirtió a General Terán, Montemorelos, Allende, Cadereyta, Santiago, Linares y Hualahuises en la llamada Zona Citrícola.

También promovió el primer partido de beisbol, cuando se hallaban en el tendido de vías de ferrocarril hacia Tampico, los trabajadores se ponían a jugar beisbol y por eso se considera a la Estación San Juan de Cadereyta Jiménez, como la cuna de ese deporte en América Latina. Sabemos que quienes trajeron el juego de futbol, también fueron los norteamericanos, quienes practicaban en un campo aledaño a la fábrica Vidriera de Monterrey.

Las costumbres

La colonia norteamericana en Monterrey, trajo la tendencia a formar grupos o clubes de servicio. Por ejemplo, en el primer tercio del siglo XX formaron un club que estaba situado en frente de la Plaza Zaragoza. También organizaron un grupo que atendía a los jóvenes norteamericanos que venían a vacacionar a Monterrey.

Por relatos de la época sabemos que para todo hablaban en inglés e introdujeron bailes y costumbres como el llamado cocktail, una reunión previa antes de irse a bailar. Ellos fueron los que cambiaron el antiguo sistema de carnet, pues ir a un cocktail obligaba a llevar una pareja con la que bailaban toda la noche. Eran muchachos muy dados a moverse al compás del jazz, del baile del conejo y del fox trot, considerados por un sector conservador de la sociedad regiomontana, como danzas estridente y faltas de moral.

La fama que Monterrey gozaba en los Estados Unidos era muy buena. La consideraban una ciudad cordial. La mayoría de los norteamericanos vivía en la colonia El Mirador y en la colonia Asarco, que dejaron para instalarse en sector exclusivos de San Pedro Garza García como Chipinque, San Agustín y Santa Engracia.

A ellos les debemos festividades como la fiesta de la Coneja en la Pascua, la de Halloween, el Día de Acción de Gracias y la de la Independencia de los Estados Unidos el 4 de julio. En un principio realizaban sus eventos en terrenos de la fundidora Asarco.

Pero también se involucraron en la vida de la ciudad, por ejemplo, ellos fueron quien promovieron en 1924 la inauguración de la Columna del Centenario del Estado de Nuevo León en el cruce de la avenida Madero con la calle de Diego de Montemayor y también tuvo mucho que ver que en 1943 se verificara la entrevista entre los presidentes Franklin D. Roosvelt y Manuel Avila Camacho.

Sus aportes culturales

  1. A iniciativa del Consulado General de los Estados Unidos de América en Monterrey, se debe la apertura del Instituto Mexicano Norteamericano de Relaciones Culturales, A.C.
    Es un centro binacional de tipo cultural para llevar un programa de la enseñanza del inglés. Sus orígenes se remontan a la experimentación de la enseñanza del idioma inglés en la Universidad de Nuevo León, en donde algunos norteamericanos comenzaron a impartir inglés en septiembre de 1956. Dado que los resultados fueron muy satisfactorios, se decidió por el establecimiento de un organismo que además de la enseñanza del idioma inglés se dedicara a la promoción de la cultura de los dos países en 1957. Desde 1961 ocupa su sede en la calle Hidalgo y Serafín Peña y en 1962 fue inaugurado oficialmente. La institución es patrocinada por el gobierno de los Estados Unidos y utiliza los excedentes económicos de las relaciones comerciales entre las dos naciones. Desde 1982 le fue incorporada la Biblioteca Benjamín Franklin que ya venía funcionando desde 1948, pero que dependía directamente del Consulado General de los Estados Unidos en Monterrey.
  2. El Colegio Americano fue establecido en 1946, como una institución educativa para los hijos y las hijas de los trabajadores norteamericanos que laboraban en la Asarco, la cigarrera La Moderna y la Anderson Clayton Company, patrocinadas por las misma empresas. La educación se regía bajo el modelo norteamericano y los cursos en inglés. Aquí surgió la primera sociedad de padres de familia con el nombre de Parents Teachers Association cuyo primer director fue Frank Khim. El colegio fue construido en Hidalgo y Serafín Peña, para luego instalarse en San Pedro Garza García, dejando al IMNRC, AC sus instalaciones y desde 1998 están en el municipio de Santa Catarina.
  3. El Gardens Club fue fundado en 1939 y es considerado como el más antiguo de América Latina.

En conclusión

Actualmente hay poco más de 5 mil norteamericanos que viven en el distrito consular de Nuevo León y otro tanto que permanece como alumno en alguna de las principales universidades de la localidad. Todos ellos están insertados en diversas esferas de la vida regiomontana. Y la cercanía e imitación por el modo de vida norteamericano es muy evidente. Por ejemplo, existe una buena cantidad de colegios bilingües en la localidad y hasta participan activamente en la vida social, cultural y económica de la zona metropolitana de Nuevo León.

Es importante señalar que su presencia ha sido benéfica para el desarrollo económico y social de Monterrey. Aunque a veces aparecen alejados de los estratos considerados bajos y de ambientes marginales, a los que solo asisten de manera filantrópica y caritativa.

Estoy seguro que la profundización y el conocimiento de nuestras raíces y de su presencia entre nosotros, promoverían mejor las relaciones y la interacción entre las dos regiones aledañas al Río Bravo que convergen en la región noreste de México y del sudoeste de los Estados Unidos.

Ahora la migración es al revés, muchos pueblos de Nuevo León quedan deshabitados por que se van a trabajar a los Estados Unidos. Hace 100 ellos venían a trabajar a Nuevo León.

Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina