Hoy amanece con una lluvia indecisa
en los ángulos perdidos de mi ciudad.
Camino por las calles con rumbo al parque
para volverme otro por la mañana.
Caminar solo puede volverse costumbre
en el momento en que quedamos jodidos.
Mario se muere un poco en Montevideo,
las letras se pierden en un césped sediento.
Camino para que mis huesos no mueran,
para que no queden tirados sobre las calles.
Pasan los muchachos rumbo a la esquina,
ya se hace tarde para entrar a la escuela.
La lluvia no se decide a libertar sus recuas
pero en Montevideo un hombre se muere.
Mario avienta la pluma en el mes de mayo,
un domingo diecisiete para ser preciso.
Hoy amanece con aire fresco en mi ciudad
y en Montevideo Mario se muere un poco.
Autor: Ramiro Rodríguez
