Ricardo Abelardo García

Beisbol infantil

Escribo hoy pensando en el ayer, en los tiempos idos, pero con la esperanza del cambio, la ilusión de un mañana mejor, y por qué no decirlo, también por el placer de la nostalgia de quien vive una vez contento, es doblemente feliz si lo hace en dos.

Cómo olvidar el año 1985 luchando palmo a palmo los triunfos que en ocasiones se niegan, no así los comentarios halagadores y los reconocimientos.

Recordar el año 1985 es vivir de nuevo cosas bellas, es inolvidable, por ejemplo, la labor desarrollada por el Club de Damas Sertoma, estimulando a personas, motivándolas a continuar con lo positivo de la vida.

El premio anual "Servicio a la Juventud" instituido por ellas fue más que aliciente para algunos colaboradores, managers o directivos de la Liga Pequeña Sabinas Hidalgo, entre ellos su servidor, que lo recibió un miércoles 11 de diciembre en la noche en el mencionado año, en el restuarant Lety’s de manos de la Sra. Amelia Peña de Gil gobernadora del Distrito Nuevo León Norte.

Además de todas las damas de Club que encabezaba como presidenta Doña Elenita Garza de Chávez y como invitadas especiales Doña Josefina Valadez de Mascareñas, directora de Semana; y la Sra. Graciela de Flouroy, tesorera nacional del Club Sertoma, a las que agradezco una y mil veces más.

Además es muy grato leer de nuevo el concepto de algunos periodistas hacia los niños y sabinenses en general, como una prueba de lo anterior, transcribo con mucho gusto, si me lo permiten, uno de ellos a continuación, lo publicó Semana el 3 de agosto de 1985, firmándolo el Profr. Juan Garza Garza con el seudónimo del Tío Juan y titulado "La huella de mis gentes".

La huella de mis gentes

En días pasados, en la columna "Instantáneas", escrita en el periódico "El Diario" de Monterrey, por mi caro y dilecto amigo, Lic Ernesto Dávila, se narra una acción de un peloterito sabinense llamado Ricardo Everardo (Abelardo) García Rodríguez, más conocido en el mundillo infantil como Ever. Dicho artículo se titula "Ever y Sabinas" título que pica a curiosidad y mueve a investigar qué tiene Ever para ser motivo de un artículo escrito por un alto funcionario de la Secretaría de Educación Pública en las páginas editoriales de un diario de tan reconocido prestigio nacional. Pues Ever tiene eso tan sabinense que se llama arrojo, decisión, determinación, atrevimiento, valor, o lo que sea, para sobreponerse a sus propias limitaciones económicas, detéticas y alimenticias; sobreponerse a sus escasas fuerzas, a su edad, a las circunstancias mismas, para lograr el triunfo de su equipo. He aquí el ejemplo de Ever como individuo y parte activa de una comunidad llamada equipo de beisbol.

El toletazo de Ever y el reponer una caída más, el robo de la tercera, la carrera, etc. fue producto de lo antes dicho aunado indisolublemente a la disciplina y apego escrito a las normas o leyes internas del equipo: en el resultado del acatamiento sin discusión a la orden del coach como parte de la norma. Ever tiene el valor para aceptar conscientemente las leyes de su equipo como dogmas indiscutibles, sin jugar su juego, ni tratar de sobresalir él. En otras palabras, está consciente que primero son los intereses comunes que el yo personal.

Concebimos al hombre como individuo, pero jamás podremos concebirlo aislado, pues de siempre ha vivido en sociedad, ya sea en matrimonio, en partidos políticos, sindicatos, logias, agrupaciones, clubes, equipos, etc., de siempre ha vivido y participado dentro de una sociedad tribal o representativa que va desde la pequeña comunidad rural hasta las grandes urbes, entidades federativas, naciones o continentes y especificamos: al referirnos a la sociedad sabinense, michoacana, brasileña o europea y consecuentemente concebir al hombre aislado a sabiendas que el hombre es dependencia del hombre, sería estúpido, como estúpido es aceptar al individuo que dice: "yo vivo mi vida" o sea, yo juego mi juego, no necesito de nadie y el equipo nada me importa, yo soy la bestia solitaria. ¡No!; uno vive la vida que le designan las normas dentro de la sociedad a que pertenece, ya sean jurídicas, religiosas, morales, sociales, deportivas, etc. Quien se sale de las normas choca, fracasa y no llega a ninguna meta.

Sabinas fue campeón regional gracias a su gente, (peloteritos), pues todos se comportaron con el espíritu y disciplina de todo sabinense bien nacido, con raíces muy profundas en esta "cara aldea"; como dijera el profesor Panchito a la bien llamada Perla de Nuevo León.

Así es la gente de mi Sabinas querido, luchadora, con aspiraciones, pero disciplinada. Gracias muchachos por tan bello ejemplo. Este final es el propósito del artículo en el que Ernesto Dávila proclama que Sabinas no es el Ojo de Agua ni La Cuchilla, ni los negocios de vestidos, o de los que usted quiera, sino que Sabinas es el pueblo que tiene gente buena y ejemplar.