El Alazapa Indomable – Primera parte

Nemesio se levantó malhumorado, había tenido una mala noche, los sueños raros con pesadillas no lo habían dejado tranquilo, se dio vueltas en el camastro casi todo el tiempo; su lecho estaba compuesto de un catre viejo de patas desvencijadas y unas zaleas de borrego que le servían de colchón; se rascó las nalgas porque algo le picaba y se fue rumbo al matorral a hacer sus necesidades matutinas; al volver traía cogido de la cola un tlacuache muerto, que en la noche había caído en la trampa que tenía junto al aguaje; se venía lamiendo los labios pues sabía que tendría un almuerzo sabroso con la carne suculenta del silvestre animal.

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