Los ayaguas y garzas del Vallecillo
Después de los infortunados sucesos de Baján, la semilla de la insurgencia no desapareció del todo, los brotes de inconformidad continuaron en diversas regiones en años posteriores, particularmente en el Real de Minas de Vallecillo, donde José Herrera, emisario de Bernardo Gutiérrez de Lara, famoso por su campaña en Texas, después de su incursión sobre Monterrey el 3 de julio de 1813, y ser derrotado en Salinas, no desmayó en su empresa y continuó levantando gente por donde quiera que iba pasando, gran parte de su contingente estaba formado por indios de las naciones ayaguas y garzas del Vallecillo.1

En los albores del siglo XIX “La minería que había sido el ramo más importante de la explotación, en la época que venimos tratando, sufría atraso lamentable, pues las minas habían sido invadidas por las aguas y gases venenosos, o sus vetas andaban en borrasca, como decían entonces. Sin embargo, había todavía muchas de plomo con ley de plata, así como de cobre, pero no soportaban los costos de explotación. Las de Cerralvo, Iguana, Vallecillo y Boca de Leones estaban casi abandonadas.”