Después de su intervención en la compostura de la troca, un día el Gringo llama a Don Santos y le pide que vaya a darle ayuda a otro trabajador que va a instalar un papalote; de aquellos que tenían su torre hecha de barrotes de madera; colabora en el trabajo y aprende la forma de hacer la torre y la manera como se coloca la máquina y las aspas, que dan vuelta a la rueda, que tira la varilla que mueve los émbolos que succionan el agua.
Después de su intervención en la compostura de la troca, un día el Gringo llama a Don Santos y le pide que vaya a darle ayuda a otro trabajador que va a instalar un papalote; de aquellos que tenían su torre hecha de barrotes de madera; colabora en el trabajo y aprende la forma de hacer la torre y la manera como se coloca la máquina y las aspas, que dan vuelta a la rueda, que tira la varilla que mueve los émbolos que succionan el agua.
En forma por demás rústica y con el propósito de no olvidar los trazos y medidas; en un cuadernillo improvisado con trozos de papel estraza, hace todas las anotaciones que considera necesarias, tanto de la torre como de la máquina del papalote.
Sigue su trabajo de camionero y en la primera oportunidad que tiene de visitar el pueblo cercano, compra una libreta y en ella pasa todas sus anotaciones. Una ocasión en que iba a descargar pacas de algodón en una fábrica despepitadora, se queda varado un camión, que obstruye la entrada de los demás muebles; como el que seguía en la fila para descargar era Don Santos y no queriendo perder tiempo; pues de la cantidad de viajes que hacia con su camioneta dependía el salario que percibía; les propuso a los demás operadores hacer una maniobra para mover el estorbo. Colocó su camioneta de frente al mueble dañado, amarraron un cable a los ejes de ambos vehículos, y dándole reversa a su camioneta, pudo jalar el camión varado y sacarlo del lugar. La complacencia de todos fue grande, pues no tenían idea de la potencia que las máquinas Ford desarrollaban moviéndose de reversa.
Esa experiencia fue muy importante a los largo de su vida, en su Sabinas pudo poner en práctica lo asimilado y realizar varias hazañas con su Ford.
Fue corto el tiempo que permaneció en el Rancho del Gringo Johnson, pues se cansó de que fuese poca la paga y mucho el trabajo; se fue de nuevo a la aventura con rumbo a Houston, Texas. Llegó en tiempo de lluvias al emporio industrial y se cobijó bajo el techo de un pariente, que vivía en el conocido Barrio Magnolia, por la calle Navigation. A los pocos días entró a trabajar temporalmente en una bodega donde terminaban de armar las máquinas y las torres de los papalotes Samson; le cayó como una fortuna la oportunidad de conocer, las nuevas torres de hierro y los nuevos modelos de papalotes.
Así consolidó los conocimientos que empíricamente había adquirido y empezó a forjarse ilusiones de lo que podía hacer con sus conocimientos y experiencias, en el México de sus amores, que comenzaba a evolucionar y desarrollarse como resultado de la lucha armada que se había dado en su suelo.
Continuará…
Profr. Santos Noé Rodríguez Garza