Un hombre dedicado en cuerpo y alma al trabajo; aquel trabajo de la confección de ropa, aquel trabajo que dio oficio a muchas jóvenes mujeres del pueblo como “bordadoras”, recordamos aquellos enormes rollos de tela inmaculadamente blanca, que semana a semana repartía, a todas aquellas jóvenes que tenían en su hogar una máquina de coser, aquellas máquinas de coser marca “Singer”; donde las jóvenes de Sabinas Hidalgo y la región, en aquella época confeccionaban hermosas fundas y sábanas bordadas, de distintos estilos, tamaños y colores.
Su negocio en el cruzamiento de las calles Degollado e Iturbide. En una ocasión su negocio fue presa de las llamas, un enorme incendio destruyó casi la totalidad de aquel lugar, más sin embargo Chuy Acevedo como lo conocía el pueblo, resurgió de las cenizas como el Ave Fénix y continuó adelante y la “Casa Acevedo” volvió a brillar, hoy a muchos años de distancia aún podemos observar los enormes cristales de los aparadores, que un día estuvieron llenos de maniquíes que portaban hermosos vestidos de dicha firma.
Jesús Acevedo Durán nació un dieciocho de marzo de mil novecientos treinta y tres, contrajo matrimonio en el año de mil novecientos sesenta con la señorita María Antonia Cantú “Toñita” actualmente le sobreviven sus cinco hijos: Jesús Ambrosio, Sandra, Alfredo, Yazmín y Carlos, se distinguió por su ayuda por demás desinteresada a las causas nobles, desempeñándose en muchas directivas del Club de Leones local.
Garza Inocencio