El tiempo en su constante avance, hace que muchas cosas cambien; en esa esquina hasta hace pocas semanas observábamos una tiendita con venta de piñatas y artículos para fiestas infantiles, hoy en ese lugar del ayer del tiempo solo quedan sus banquetas.
Aquella antigua construcción fue derrumbada y con ella han caído innumerables recuerdos. Allí vivió un amigo de nuestra infancia, alguien de quien tenemos gratas vivencias.
En esa esquina se veía temprano barrer y regar la calle; es esa esquina donde había una tienda y donde se recibía la calidez del hombre que se encontraba al frente de ella.
Muchas veces, sí tantas que no lo sabemos en realidad cuantas fueron; lo cierto es que cuando pequeños acudíamos a ese lugar a comprar una y mil cosas.
El tiempo en su constante avance hace que muchas cosas cambien.
Hoy en esa esquina, no quedan ni los escombros de lo que fue aquella construcción; hoy solo las banquetas están como mudos testigos del acontecer del ayer.
Hoy recordamos la tienda que se encontraba en la esquina noroeste de Iturbide y Porfirio Díaz y a su atento y diligente propietario Don Claro Escamilla.
Pero así ésta el mundo y estás son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.