Francisco J. Echazarreta

Un edificio con historia

Lo que el tiempo se llevó

Francisco J. Echazarreta

Cuando se fundó nuestro pueblo, uno de los primeros lugares que se fijaron como puntos “claves” así lo refieren viejas escrituras, es la iglesia.

Instituto Benito Juárez

Francisco J. EchazarretaCuando se fundó nuestro pueblo, uno de los primeros lugares que se fijaron como puntos “claves” así lo refieren viejas escrituras, es la iglesia.

La llamaron… Iglesia de San José (1709) en honor a ese Santo, Los dirigentes de la obra eran de orígenes Españoles y que todas sus ideas las traían muy recientes de sus lejanas tierras, fue de que todos los terrenos que estuvieran a sus alrededores pertenecieran a la iglesia, todo esto para ser utilizados como “Campo Santo” estas costumbres o ideas se practicaron aquí, a igual que en toda la Nueva España. Es decir a los difuntos se les enterraba junto a la iglesia. Luego al ver que se fue llenando toda esta área se empezó a depositar los cadáveres por el lado sur de la Ave. Niños Héroes (antigua calle Piedra) entre lo que es hoy Abasolo y Doctor González esto a finales de Siglo XVIII, aunque con la de que personas “acomodadas” se les continuaba depositando junto a la Iglesia.

Luego y a raíz de desatarse en 1833 una gran “PESTE” en el pueblo (Cólera Morbus) fue o hubo la necesidad de alejar del área poblada todos los cadáveres por lo que se vio en la necesidad de ubicar un terreno que estuviera, primero alejado del área poblada y segundo hacia el lado poniente de la aldea, para aprovechar los vientos dominantes. Fue así como se escogió el panteón municipal que esta al poniente de la calle Ocampo (barrio del Aguacate).

Con la llegada de Don Benito Juárez al poder y las Leyes de Reforma (1857) una de estas Leyes, era de que, el registro de nacimientos y muertes, ya no estuvieran controlados por la Iglesia, sino que pasaran a manos del gobierno.

El clero tenía “hegemonía” sobre los terrenos que rodeaban la Iglesia, pero a raíz de estas Leyes pasaron a ser parte del gobierno.

Es decir las leyes de Reforma llegaron para ir quitando el poder al clero.

Hacia la mitad del siglo XIX permaneció todos estos lugares (antiguos cementerio) despoblado, solo era ocupado en ocasiones para acomodar circos y ferias que llegaban al pueblo.

No fue sino en los albores del siglo XX cuando en 1902 y siendo Presidente Municipal Don José Garay, nativo de Villaldama y que en sus tiempos vivió frente a la plaza (calle Mutualismo). Se inició la construcción de un edificio que hasta nuestras fechas se encuentra “erguido”.

Me refiero al ubicado entre las calles de Hidalgo (antigua calle Real) y la de Porfirio Díaz, junto a la Iglesia San José.

Este edificio que cuenta con una área de construcción de unos 675 metros cuadrados, con sus ventanas grandísimas y en total de veinte y tres fue construido para darle impulso a la educación en el pueblo. Educación a las niñas. Tomó como primer termino el nombre de “Instituto Benito Juárez” y fue inaugurado el primero de Septiembre de 1902 así es de que el pasado Septiembre del 2002 acabará de cumplir sus primeros cien años de Cultura y Sociedad.

Continuara

Instituto Benito Juárez (1902- 1931)