Profr. y Lic. Héctor Jaime Treviño Villarreal

Club de bailes…

Historias de Sabinas

Profr. y Lic. Héctor Jaime Treviño Villarreal

Artículo dedicado al Prof. Rubén Helio Mascareñas Valadez por su magnífica investigación sobre los bailes en Sabinas Hidalgo, N. L.

A la gente de Sabinas Hidalgo siempre le han gustado los bailes, son personas alegres, sociables y tratándose de reuniones como bodas, quinceañeras, despedidas de solteras, bautizos y los bailes de paga propiamente dichos, se dejan llevar por el compás de la música y agarran la pista por cuenta propia.

Si a lo anterior agregamos que Sabinas también ha producido una buena cosecha de músicos, compositores, orquestas, grupos, duetos, tríos y solistas, todo ello nos da un cabal panorama del gusto de nuestros paisanos por mover el cuerpo, bajo la cadencia de los acordes emitidos por los instrumentos musicales.

La situación ha llegado al extremo de formar asociaciones o clubes de bailes para dar salida a las ansias reprimidas y buscar el solaz y el esparcimiento sano.

Tal es el caso de la Sociedad "Círculo Juvenil Zaragoza" fundada el 24 de abril de 1930, cuando un grupo de jóvenes del sexo masculino, se reunió en el "Salón Sabinas" a las ocho de la noche, con el fin primordial de formar una sociedad, cuyo objetivo fue la de organizar un baile cada mes, sujetándose al reglamento que se aprobó en dicha sesión.

En primer término escogieron el nombre del grupo al cual llamaron "Círculo Juvenil Zaragoza", luego procedieron a elegir la directiva, que por mayoría de votos encabezaron como presidente Efraín Alcorta Ruiz, secretario Damián Morales, tesorero Nicolás Saldaña, vocales del primero al séptimo: Rafael Guadiana, Fructuoso Garza, Arnulfo Garza Ríos, Humberto Santos, Silverio Rodríguez, Baldomero Treviño y Pedro Durán, respectivamente.

Como paso siguiente se discutió y aprobó el reglamento, cuyos artículos fueron los siguientes:

1o.- Para inscribirse en esta Sociedad, deberá aportar cada interesado la cantidad de dos pesos por el primer mes y si pasasen de cuarenta los socios que se suscriban, entonces la cuota será de un peso con cincuenta centavos al mes.

2o.- El socio que dejase de pagar hasta dos mensualidades no se podrá admitir en los bailes, hasta que no cubra su adeudo y se ponga al corriente con sus pagos.

3o.- Los socios que forman la mesa directiva harán juntas cada quince días y acordarán todos los asuntos concernientes a la Sociedad.

4o.- No se admitirá a ningún socio en los bailes, cuando trate de hacer escándalo o ande en estado de ebriedad, pues esta Sociedad desea que haya la más completa moralidad, para demostrar a los invitados que se desea implantar el orden y el respeto a las familias.

5o.- Las invitaciones se harán por medio de tarjetas, y solo se admitirá en el baile al que presente su tarjeta, con excepción de las damas.

Como puede verse en este último artículo, los muchachos acordaron no cobrar a las damas con el fin de tener bailadoras a su disposición, hecho que fue alabado por las féminas sabinenses.

Se marcaron las obligaciones a los que estarían sujetos los integrantes de la mesa directiva:

1a.- El presidente se encargará de ejecutar las disposiciones contenidas en este Reglamento, y hacerlas cumplir en todas sus partes, teniendo para ello el apoyo de los vocales, asimismo vigilará que todos los socios observen buena conducta y de acuerdo con los vocales, el socio que se porte mal y no se corrija, será expulsado de esta Sociedad.

2a.- El tesorero de la Sociedad llevará un libro en que asentará la contabilidad, sus ingresos y egresos, asimismo se le autorizó para que comprara los útiles necesarios.

3a.- El tesorero tendrá obligación de rendir cuentas de esta Sociedad al presidente y a los vocales que forman la mesa directiva, cada vez que se verifiquen las juntas, de igual manera se le podrá dar cuenta a cualquiera de los socios que desee saber de las contabilidad.

Con lo anterior terminó la asamblea y se levantó el acta respectiva que fue leída por Humberto Saldaña y ratificada en todas sus partes por todos los integrantes, quienes la firmaron de conformidad.

Cincuenta fueron los socios fundadores y para que queden en el registro de la historia sabinense los nombres de estos bailadores, aquí transcribimos sus nombres: Rafael Guadiana, Fructuoso Garza, Nicolás Saldaña, Pedro Durán, Baldomero Treviño, Santiago Flores, Fructuoso Rojas, Ramón González, Efraín Alcorta Ruiz, Humberto Santos, Silverio Rodríguez, Arnulfo Garza Ríos, Manuel Acevedo, Damián Morales, Francisco Flores, Jesús María Flores, Epifanio Cantú, Humberto Saldaña, Daniel G. González, Roberto Garza, José Hinojosa, Silverio Garza, Celso Garza Ríos, Luis Mireles, Guadalupe Reyes, Luis Lozano, Claudio Hernández, Ramón Cantú Cantú, Gustavo Mireles, José Garza González, Pablo Gutiérrez, Jesús Garza Ríos, Onofre Santos, José María Garza, Guadalupe Elizondo, Avelino González, Ramón Valle, Generoso Garza, Carlos Mireles, Cruz Montemayor, Rosendo González, H. R. Dávalos quien era de Monterrey, Félix Garza, Manuel Garza, Manuel Alcorta, Miguel Guadiana Ibarra, José Garza Ávila, Federico Villarreal, Donato Rodríguez y Guadalupe Villarreal, después se unieron Gorgonio Ruiz, Arturo Ibarra, Cosme Treviño, Carlos Pérez, Claudio Herrera, Pablo Gutiérrez, Abundio Garza y Ramón Cantú.

En la sesión del siete de junio de 1930, se hicieron ajustes a la directiva: como vicepresidente se nombró a Guadalupe Reyes, secretario segundo Humberto Saldaña, tercer vocal Gustavo Mireles en lugar de Arnulfo Garza Ríos, procurador de hacienda José Garza y colector Fructuoso Rojas,

Además se aprobaron los siguientes acuerdos: 1o.-Todos los forasteros que deseen entrar al baile que hiciera la Sociedad deberá pagar cuatro pesos "para bailar únicamente". 2o.- Cada socio tendrá derecho a dar los nombres de dos jefes de familia al secretario para que este haga las invitaciones. 3o.- Que se quite la cuota al presidente en recompensa al cargo que ocupa. 4o.- Que los bailes se hagan los sábados y se procure conseguir el local de la Escuela de Niñas para verificarlo, u otro lugar que mejor convenga.

Enseguida el vicepresidente Guadalupe Reyes ofreció conseguir el local de don Lorenzo González Cárdenas para hacer la próxima junta, manifestaron además todos los socios que harían lo posible por pagar antes del día 15 de dicho mes la cuota correspondiente.

En la reunión del 26 de noviembre de 1930, realizada en el salón de don Lorenzo, tomó la palabra el tesorero Nicolás Saldaña y dijo que por convenir a sus intereses presenta su renuncia irrevocable de dicho puesto, aprobándola los socios y eligieron para sustituirlo a Manuel Garza, a quien se le tomó la protesta correspondiente. En ese momento existía en caja la cantidad de ocho pesos con diecisiete centavos, la cual fue entregada al nuevo tesorero, así como los libros y demás útiles.

El presidente Efraín Alcorta Ruiz manifestó que no pudiendo atender como es debido la presidencia, debido a las múltiples ocupaciones que tiene, hizo formal renuncia de la misma y siendo aprobada se eligió por unanimidad de votos a Daniel G. González en su lugar. Se acordó además que en lo sucesivo la cuota fuera de un peso mensual, efectuándose los cobros los primeros quince días del mes.

La grave crisis que afectó a los Estados Unidos en 1929, repercutió con fuerza en los demás países ese año de 1930, nuestro pueblo no fue la excepción y las juntas y aportaciones del "Círculo Juvenil Zaragoza" fueron espaciándose cada vez más, hasta su desaparición; otro factor que influyó fue que varios de sus integrantes se casaron, algunos migraron a otras poblaciones y otros, emprendieron actividades para conseguir la subsistencia dedicándose a la carpintería, comercio, sastrería, y otros oficios.

Queda plasmado en la memoria histórica de Sabinas el afán de su juventud por organizarse y disfrutar de la vida de un modo sano y donde los bailes tan arraigados en la población fueron y son un factor importante en la convivencia social.

Fuente: El material para realizar este artículo fueron trece copias xerográficas que obran en mi poder y fueron obtenidas a un módico precio en la Librería Cerda, ubicada en las calles de Washington y Guerrero que expende libros "viejos o usados".