Profr. Otoniel Arrambide Villarreal

Infortunios

Hechos y Realidades

Profr. Otoniel Arrambide VillarrealEn la vida del hombre durante su convivencia en el seno de la comunidad, le suceden una serie de acontecimientos, mismos que calificamos de éxitos o fracasos. Los primeros se deben tomar con alegría y un alto sentido de responsabilidad, con los pies bien plantados sobre la tierra, evitando que los humos de las victorias se nos suban a la cabeza y perdamos el piso por los mareos de aquel triunfo, resultando a la postre contraproducente, terminando por ser despreciados en lugar de ser alabados. Los fracasos en cambio, son duras lecciones que la vida nos da, son experiencias de las cuales tenemos que considerarlas como áreas de oportunidades para el aprendizaje, debemos sacar partido de ellos, porque la gracia no es caer, sino saberse levantar cuantas veces sea necesario, buscando siempre el éxito, pensando siempre positivo y con un optimismo lleno de toda prueba.

Escribo lo anterior, pensando con el corazón en la mano por lo sucedido a dos de mis grandes amigos; el primero de ellos es actualmente el Director de la Escuela Secundaria Técnica 9, "Don Víctor Gómez Garza", de Agualeguas, Nuevo León; Profr. Joel Barrera Reséndez a quien el infortunio lo alcanzó tres veces en el corto tiempo de medio año; la primera ocasión en el mes de octubre pasado cuando tuvo la desgracia de perder a su amada esposa, Sra. Ana Alicia Alemán Salazar de Barrera, falleciendo víctima de una enfermedad incurable en forma por demás repentina y sorpresiva. En esos momentos difíciles lo vi sufrir estoicamente la partida de la compañera de su vida, de la amorosa esposa, la abnegada madre y cariñosa abuela. Recuerdo que a los pocos días, sus compañeros maestros, en el mes de noviembre, honraron la memoria de la Sra. Ana Alicia, levantándole en la escuela un altar de muertos en su honor donde el Maestro Joel Barrera Reséndez, dirigió un mensaje de agradecimiento y con la voz entrecortada a ratos, hizo referencia a su esposa, a su amada a quien extrañaba y que había veces que parecía verla entrar a su casa por la puerta principal. Quizá este pesar, hizo efecto en su físico, pues a los pocos meses hubo de ser internado en un hospital para ser intervenido quirúrgicamente a corazón abierto, saliendo bien librado de esta operación, pero cuando se estaba recuperando satisfactoriamente, semanas después, recibe la fatal noticia que su profesor de Ganadería, Ing. Héctor Cantú Cantú, su inseparable amigo; había fallecido de un infarto al miocardio. Platicando con él, me comentó que recibió muchas muestras de apoyo de amigos y familiares; porque en esos dolorosos momentos en desgracia, en el lecho de enfermo o en la cárcel, es donde se conoce a los verdaderos amigos.

El segundo de mis amigos a que hago referencia es el Sr. Ernesto Rodríguez Garza, quien la madrugada del domingo 15 de mayo pasado, perdiera a su hijo Ernesto, su Jr., en un accidente cuando se desplazaba alegremente en su motocicleta por la carretera nacional. Sabemos del gran dolor que lo atormenta a él y a su inseparable esposa, Sra. María del Carmen De León de Rodríguez, ya que han perdido para siempre a su consentido, a su adorado hijo, al que juntos sufrieron y se sacrificaron para darle el ser que tenía a esa edad de 24 años al fallecer. La despedida de este jovencito fue acompañada por una gran cantidad de personas, producto de la amistad y el don de gentes de nuestro amigo Ernesto Rodríguez Garza y de su estimada esposa y que no decir de la gran cantidad de jóvenes que también se hicieron presentes para darle el último adiós a "Ernestito", como cariñosamente le solían decir.

En esos momentos difíciles, de dolor insoportable, acompañé a mis dos amigos; Profr. Joel Barrera Reséndez y a Ernesto Rodríguez Garza, deseando que el Creador del Universo que todo lo puede, les dé las fuerzas necesarias para seguir por la vida, a la vez que les envíe el pronto consuelo y resignación, llevando en lo más profundo de sus corazones los hermosos recuerdos y los muchos momentos inolvidables que pasaron al lado de sus seres amados que ya han partido hacia la eternidad. A ambos: ¡Que Dios los bendiga hoy y siempre!

Profr. Otoniel Arrambide Villarreal
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo