Aunque el originalmente el municipio de San Pedro Garza García se llamó hacienda de San Pedro Los Nogales desde 1596, el templo parroquial está dedicado a nuestra Señora de Guadalupe. En 1775 el entonces gobernador del Nuevo Reino de León Melchor Vidal de Lorca, visitó al valle de San Pedro y se quejó de que no tenían capilla. Los vecinos pronto se dedicaron a la construcción de un pequeño templo en 1791, dentro de la propiedad de un vecino llamado Juan Francisco Rodríguez. Cuatro años después los jefes de familia solicitaron al gobernador Simón de Herrera y Leyva la construcción de un templo dedicado al culto. Fue cuando el obispo Ambrosio de Llanos y Valdés aprobó la edificación de uno dedicado a nuestra señora de Guadalupe. De acuerdo al cronista Carlos González Rodríguez, la capilla estaba situada en el callejón de la Capellanía, atrás de la Cruz Verde situada sobre la avenida Morones Prieto en su cruce con Corregidora. Pero los fieles la querían otro sitio. Se hicieron dos grupos, unos pedían el nuevo templo en la mediación y los otros en cabecera del poblado. Una vez superado el conflicto, el padre José Anastasio García promovió la construcción de un templo situado en el lugar actual, contando con la licencia eclesiástica el 24 de febrero de 1823, al cual dedicaron a la virgen de Guadalupe y que fue concluido en 1828.
Desde 1837 los vecinos celebraban con júbilo la fiesta de nuestra Señora de Guadalupe considerándola la patrona de San Pedro. Ya lo tenían en buen estado, pero en abril de 1887 un rayo causó fuertes daños a la esctructura, por lo que se decidió reconstruirlo. Atendido por el padre Manuel Corral y con el apoyo de la población y autoridades de Garza García, se iniciaron los trabajos para concluirlos el 3 de agosto de 1887. En el atrio y en la parte posterior se hallaba el antiguo panteón y todavía para 1920 se podían ver restos de tumbas. El 19 de diciembre de 1894, al ser erigida la parroquia de Santa Catarina, el templo y la comunidad de San Pedro quedó atendida por los sacerdotes quienes acudían a los servicios religiosos.
Uno de ellos fue el padre Crescencio Neaves quien siendo párroco de Santa Catarina, mandó cerrar los templos de Guadalupe en Garza García, San Francisco de Paula en la Fama y el de Santa Catarina. El padre Neaves escribió en un libro de fábrica y de gobierno: “Julio 31 de 1926. En esta fecha con motivo de la persecución religiosa, los señores párrocos y sacerdotes encargados de los templos abandonaron éstos por disposición del Episcopado en toda la república y por ende el que esto suscribe dejó los templos de éste, San Pedro y la Fama, bajo custodia estaban y cuyos inventarios respectivos contienen este libro”.
Para ello dispuso que los objetos litúrgicos fueran guardados en casas particulares. Del templo de Guadalupe nos da un informe detallado: había dos campanas en buen uso, en el interior del templo había tres altares de madera, seis esculturas, una del Sagrado Corazón, una de la Purísima, San José, San Pedro el patrón (sic), otra de San Pedro y una de la Purísima muy antigua. Un crucifijo mediano muy antiguo, tres crucifijos pequeños del altar, seis cuadros o pinturas: de la Santísima Virgen de Guadalupe, (la titular), el Sagrado Corazón y otras dos o tres. Posiblemente la pintura de la virgen de Guadalupe sea la realizada por Maximino García en 1829. Un viacrucis. Los siguientes vasos sagrados: un cáliz y una patena de plata, un copón, dos custodias, una de plata y otra de latón con viril de plata, una crismera pequeña de plata. Los siguientes ornamentos: seis u ocho de colores litúrgicos, dos capas pluviales blancas, un paño de hombros, ropa blanca suficiente, sotanas para los acólitos, un palio.
Como enceres: doce candeleros medianos, seis candeleros chicos de bronce, un armónium, un incensario y naveta de platón, un misal, un manual del párroco, un púlpito de madera, un confesionario, ocho bancas corridas, una mesa grande, dos mesas pequeñas, dos estandartes, uno de la Asociación del Santísimo Sacramento y el otro de San José, una bandera de la Adoración Nocturna, una lámpara colgante de gasolina, dos lámparas colgantes de carburo, tres faroles con lámpara de petróleo para el alumbrado exterior y una llave para el agua.
En la sacristía había una cómoda con dos cajones, un estante mediano, dos alfombras, un par de vinajeras de cristal, una pila bautismal. De los objetos descritos, se guardaron en la casa del señor Trinidad Leal: una custodia, una lámpara de gasolina, las dos lámparas de carburo y los crucifijos. Con éste inventario nos podemos imaginar cómo estaba el interior del templo. Gracias a las fotografías sabemos que tenía una sola nave, una espadaña para las campanas, sobre la entrada principal el lugar para el coro, el altar mayor y una sacristía.
En 1946 estuvo el arzobispo Guillermo Tristchler y Córdova para consagrar la campana mayor del templo. A la siguiente década llegaron los padres franciscanos y se decidió construir un nuevo edificio. El antiguo templo fue destruido para levantar uno más grande, colocando la primera piedra el 1 de agosto de 1956. Una vez concluido, el templo fue consagrado un sábado 10 de diciembre de 1966 por el arzobispo Alfonso Espino y Silva ya con la cuidado pastoral y sacramental de los padres franciscanos siendo alcaldesa la señora Norma Villarreal de Zambrano.
Hoy en día el templo es muy concurrido para realizar bodas y bautizos. Los padres franciscanos mantienen diversas tareas de atención pastoral para la comunidad del casco viejo de San Pedro Garza García y algunas colonias que quedaron dentro de su jurisdicción. De la parroquia de Guadalupe se hicieron las siguientes parroquias: San Agustín, Santa Engracia, Fátima, Mater Admirabilis y San Genaro.
Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina