Saltillo siempre se ha caracterizado por el interés que tiene en promover la cultura y la educación. En 1809 llegó a Saltillo un sacerdote contratado por particulares, para que estableciera una escuela privada. Como contrapeso, el cabildo de la villa, trató de abrir una escuela pública.
Coahuila fue testigo de los movimientos insurgentes, en los cuales Hidalgo y sus principales seguidores fueron apresados. De hecho, la ruta de Hidalgo atraviesa lugares muy interesantes: las haciendas de Buena Vista en Saltillo, Santa María en donde se dice ofició la última misa y la del Anahelo en Ramos Arizpe, las Norias o Acatita de Baján perteneciente actualmente a Castaños donde fueron apresados, luego la prisión de los insurgentes y el fusilamiento de uno de los Aldama en Monclova. Tal vez, por ello fue declarada ciudad en 1811 por los servicios que ofreció para terminar con el movimiento insurgente.
En 1822, por gestiones de Miguel Ramos Arizpe, se trasladó a Saltillo la capital de las Provincias Internas de Oriente que estaba en Monterrey. A partir de aquí comienzan las rivalidades entre Saltillo y Monterrey para ser el centro político de la región y entre Saltillo y Monclova para ser la capital del estado. De hecho, Saltillo fue declarada capital en ese año, por lo que se llevó la imprenta a cargo de Samuel Bangs, en donde se publicaron bandos y decretos.
Al año siguiente, Monterrey volvió a ser nombrada capital de las provincias por lo que trasladaron la imprenta a Monterrey. Entonces Ramos Arizpe gestionó la adquisición de una imprenta que llegó a Saltillo en 1825. La rivalidad entre Saltillo y Monterrey era un reflejo de las rivalidades que mantenían en el Congreso de la Unión Ramos Arizpe y fray Servando Teresa de Mier y Noriega. El primero federalista y promotor del establecimiento de norteamericanos en Texas y el segundo centralista y desconfiado de las políticas expansionistas de los Estados Unidos.
Los constituyentes pensaron hacer de las provincias internas un solo estado. Pero Tamaulipas se les adelantó y se constituyó en uno, haciendo que Nuevo León también se proclamara en estado. Fue cuando Coahuila y Texas quedaron fusionados en una sola entidad.
Siendo Saltillo la capital del estado con un gran territorio, requería título de ciudad. Para lo cual se le cambió el nombre a Leona Vicario en 1827. En cambio a San Esteban (que siempre dependió directamente del virreinato) se le cambió el nombre por Villalongín. Los vecinos se enfadaron por el cambio de los nombres originales, por lo que solicitaron al Congreso del Estado, se respetaran los nombres originales. En 1834 el congreso decretó la unión de las dos poblaciones para llamarla nuevamente Saltillo.
Pero Parras y Monclova no aceptaban que Saltillo fuera la capital. Los saltilleros decían que la capital debía ser Saltillo por su excelente clima, la cercanía a otras ciudades de otros estados y porque la mitad de las contribuciones recaudadas venían de Saltillo. Era tanta la rivalidad y el antagonismo, que llegaron a enfrentamientos y actos de hostilidad. Hasta los de Monclova intentaron atacar a Saltillo, pero fueron fieramente rechazados por los de Saltillo. Para acabar con la rivalidad, Santa Anna decidió que la capital permaneciera en Saltillo. Como dato interesante, los de Saltillo siempre apoyaron a las medidas del presidente centralista con aires de caudillo y vocación de dictador.
Entonces se hicieron obras para embellecer a la capital: se instaló un reloj público en la torre de la capilla del Santo Cristo y se iluminaron las calles más importantes. En 1839 la Junta Departamental de Coahuila organizó un colegio de enseñanza media con el nombre de Colegio Departamental.
Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina