Esta anécdota, es una consecuencia lógica de la anterior. Falta la canasta de Pile, se hizo tan famosa, sobre todo entre los equipos regiomontanos, que salían o se atrevían a venir a Sabinas Hidalgo, pagaban caro su atrevimiento y arrojo.
Esta anécdota, es una consecuencia lógica de la anterior. Falta la canasta de Pile, se hizo tan famosa, sobre todo entre los equipos regiomontanos, que salían o se atrevían a venir a Sabinas Hidalgo, pagaban caro su atrevimiento y arrojo.
José Flores era el árbitro oficial de la Selección Sabinas. Todo marcaje y en todo momento, era favorable al equipo local. Cuando el equipo visitante era muy superior al local, él sutilmente, se encargaba de emparejar las acciones ráfagas.
Cuando el equipo visitante iba arriba en el marcador muy a su pesar; podían salir los cinéfilos del Gran Teatro Baldazo o del Cine Olimpia, (donde se oía y se estaba mejor) y el juego todavía no se acababa. Aún cuando hubiera empezado a las 20:30 horas. Pero eso sí, en el preciso instante, en que los sabinenses se iban arriba un punto en la pizarra, sonaba fuertemente e silbato, ya que manejaba también el tiempo del juego, que no cualquiera lo ha vuelta a hacer. O de plano con falta la canasta de Pile, los acababa de enterrar y sobraban las caras largas y tristes de los visitantes.