La permanencia del PRI en el Gobierno por más de 70 años dio lugar a cacicazgos y a un ejercicio del poder muy cuestionado, donde la corrupción sentó sus reales y se amasaron cuantiosas fortunas.
Ese era el principal argumento esgrimido por los partidos de oposición durante años, hasta que por fin, en el año 2000, con Vicente Fox de candidato, el PAN logró lo que hasta entonces parecía imposible: Sacar al tricolor de Los Pinos.
Desgraciadamente, el cambio ofrecido por Fox quedó sólo en promesas, pues finalmente, el único cambio fue en las siglas del partido en el poder.
Volviendo al principio, lo que antes cuestionaba la oposición en cuanto a la permanencia de un mismo partido en el poder durante muchos años, y lo pernicioso que ello puede resultar, en Nuevo León tenemos tres de los municipios más importantes que son un ejemplo muy notorio de lo anterior.
Monterrey, donde de las últimas siete administraciones, seis han sido encabezadas por munícipes emanados del PAN, San Nicolás, con el albiazul en el poder durante más de 20 años continuos y San Pedro, donde los panistas han gobernado los últimos 30 años.
Esto nos habla de un monopolio del poder, tan criticado por los panistas en su carácter de oposición, amén de que en los mencionados municipios, de acuerdo a lo publicado en los medios, han ocurrido y siguen ocurriendo, hechos y acciones irregulares y muy cuestionables, por decir lo menos, de los que han sido protagonistas personajes como Jesús María Elizondo, Adalberto Madero, Fernando Larrazábal, Margarita Arellanes, Mauricio Fernández, Gerardo Garza Sada, Fernando Margáin, Miguel Ángel García, Zeferino Salgado y Pedro Salgado, entre otros.