Hace unos días, en la ciudad de Monterrey se suscitó un incidente vial, que en sí no tendría nada de raro, sólo que en este caso participó una dama con conocimientos de gimnasia, los cuales puso en práctica cuando miembros de las corporaciones de Policía y Tránsito, que acudieron con una rapidez sorprendente y trataron de someterla al orden.
Y es que según lo declarado por la dama en cuestión, ella venía de una cena donde sólo había ingerido una cerveza, y por desconocimiento de la zona, tomó una calle en sentido contrario, de lo que derivó el escándalo posterior donde participaron un número inusitado de agentes del orden, lo que provocó temor al pensar que se trataba de un intento de secuestro.
Contrario a lo que ella argumentó, el análisis que le practicaron arrojó ebriedad completa, y, finalmente, además de la exhibida, la dama debió pagar una fuerte cantidad a consecuencia de las diversas violaciones al reglamento de Tránsito en que incurrió.
A raíz de este hecho, en un noticiero televisivo dieron a conocer los resultados de un estudio según el cual, en la década de los ochentas, por cada diez hombres que bebían alcohol, sólo lo hacía una mujer.
Actualmente, de acuerdo con el mismo estudio, por cada diez hombres que toman también lo hacen 9 mujeres; y mientras que en los ochentas las mujeres no bebían sino hasta que alcanzaban la mayoría de edad, en la actualidad lo hacen desde los 14 años.
Esto es algo muy lamentable, que puede llegar a ser perjudicial para la salud física y mental de cualquier persona, amén del riesgo que significa un conductor ebrio, no sólo para su propia integridad, sino para la de otros automovilistas y peatones, pues es de sobra conocido que la combinación del alcohol con la gasolina suele ser letal.