Profr. y Lic. Héctor Jaime Treviño Villarreal

Sabinerías

Sabinerías

Profr. y Lic. Héctor Jaime Treviño VillarrealLos muchachos

Excelente labor la que realizó al frente de la Asociación de Jubilados y Pensionados del Seguro Social, el siempre inquieto y jovial Juan Andrés Acevedo; recordamos que hace algunos ayeres se llevó a la "muchachada" en dos autobuses al Cañón de Bustamante y todavía resuenan en las montañas, el eco de las canciones y las risas producidas por los chistes, algunos de color subido.

Por cierto, la edad no fue impedimento para que la "muchachada" saqueara materialmente las panaderías del antiguo pueblo de San Miguel de la Nueva Tlaxcala. ¡Ojalá siempre conserven la jovialidad y el optimismo!

¿Tercera o quinta edad?

Se hizo una encuesta ente 700 personas de más de 100 años de vida y se les preguntó a qué razones se debe su larga vida, no hubo respuestas iguales, pero todos estuvieron de acuerdo en que la ira y el mal genio persistente, son los dos mayores enemigos de la vida.

Casi todos los entrevistados eran personas de buen genio, afables, contentas, sobrias y trabajadoras.

Hombres vestidos de mujer

En el periódico El Regiomontano del domingo 13 de febrero de 1916, apareció la siguiente nota "los vecinos del barrio de la Independencia se quejan de que apenas oscurece, varios individuos maricones recorren aquellas solitarias calles vestidos de mujer, haciéndose sospechosos, pues parece que de esta manera, muchos de ellos efectúan sus cotidianas raterías en los apartados barrios.

La policía tiene ya noticias de quienes son algunos de estos sujetos y pronto se les echará el guante".

Mámocles

Después de subir a la Ermita y hacer sus meditaciones de rigor, Mámocles el filósofo de Sabinas, se dirigió a la funeraria a cumplir con el deber de despedir de esta vida terrenal, a un vecino.

Estando en la calle donde se ubica el local, se formó la clásica bolita sabinense de hombres que platican de política, chistes y chismes; un individuo  se dirigió a Mámocles, preguntándole ¿quién es el muerto?, el filósofo, aspiró fuerte y con pleno conocimiento de causa, contestó: “el muerto es el que está en el cajón”. La carcajada general no se hizo esperar