Contrario a lo que muchos esperaban, y muchos más deseaban, el presidente venezolano, Hugo Chávez, triunfó en la elección del pasado domingo 7 de octubre y logró su tercera reelección, por lo que continuará gobernando ese país, a cuyo frente se encuentra desde 1999, hasta el año 2019, cuando completará 20 años en el poder.
En esta elección, Chávez obtuvo el 55 por ciento de la votación, contra el 45 por ciento que logró su contrincante, Henrique Capriles.
Cabe señalar que en este proceso se registró una participación del 80 por ciento del electorado, a nivel récord en el país venezolano.
Otro hecho a destacar fue que, media hora después de conocerse el resultado, Capriles aceptó su derrota y felicitó al Presidente, a quien le pidió tomar en cuenta que casi la mitad de los venezolanos no están de acuerdo con su proyecto y desean un cambio.
De acuerdo con los conocedores, el hecho de que en esta elección se haya dado una participación nunca antes vista, y que Hugo Chávez triunfara con un margen de diez puntos, es un claro mensaje de que un amplio sector del país venezolano está satisfecho con su forma de gobernar.
Y van más allá al señalar que, independientemente de las consecuencias futuras para el pueblo venezolano por el estilo de corte populista del gobierno chavista, es innegable que este proceso deja un mensaje que deberían captar y entender en otros países, donde los niveles de pobreza y desigualdad social contribuyen al descontento ciudadano, convirtiéndose en un peligroso caldo de cultivo que podría derivar en un viraje drástico en sus sistemas de gobierno.
En estos casos, como diría un tío mío, más vale prevenir que andarse lamentando.
Castellanos
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo
