Con el arranque del próximo sexenio cada vez mas cerca, persisten las naturales dudas acerca del sello que le imprimirá a su administración Enrique Peña Nieto, y si, como se dice, con él regresarán el autoritarismo y muchos otros vicios y prácticas caducas que la ciudadanía no desea volver a padecer.
Aunque nunca podré negar la cruz de su parroquia, Pena Nieto podría, si así se lo propone, dar la sorpresa aplicando el proyecto de cambio con rumbo que ofreció a lo largo de su campaña, donde también habló de un nuevo PRI, del cual se dijo representante.
Obviamente, la tarea no será nada fácil, pues tendrá que vencer viejas inercias y sobreponerse e imponerse a quienes añoran los tiempos de la hegemonía priísta y quisieran que todo volviera a ser como en aquellos tiempos.
Sin embargo, queda claro que las cosas no pueden, o no deben ser tal y como entonces, pues la ciudadanía ya se pronunció en ese sentido a partir de la elección presidencial del 2000 y por ello se piensa que seria un error regresar a ese pasado que debe quedar solo en la historia.
En el mismo tenor, a primera vista, la designación de Emilio Gamboa Patrón y Manlio Fabio Beltrones como coordinadores en el Senado y en la Cámara de Diputados, respectivamente, parece un contrasentido por los pronunciamientos que el futuro Jefe del Ejecutivo federal ha hecho en cuanto a un nuevo PRI.
Al respecto, los que conocen de aguacates aseguran que con estos nombramientos se favorece la necesidad de contar en las coordinaciones de ambas Cámaras con dos viejos, y muy colmilludos, lobos de mar, con capacidad de diálogo para construir los acuerdos que permitan sacar adelante las reformas que el país requiere para avanzar en el sentido que la ciudadanía anhela. Veremos y diremos.
Castellanos
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo
