Un nuevo aniversario se ha cumplido, y como cada año, el recordado cronista de Sabinas Hidalgo, Celso Garza Guajardo, recibe la visita de familiares, amigos, compañeros de estudio y de trabajo, autoridades educativas y civiles, quienes no lo olvidan y le rinden un merecido homenaje frente al monumento de mármol negro situado a unos metros de donde reposan sus restos en el panteón municipal del Barrio del Aguacate.
El evento organizado por la Universidad Autónoma de Nuevo León a través del Centro de Información de Historia Regional, la escuela Normal Pablo Livas, la Presidencia Municipal de Sabinas Hidalgo y los familiares del desaparecido historiador, dio inicio a las 10:20 de la mañana del jueves 10 de enero.
Guardia de honor de la familia Garza Guajardo.
Por parte de la familia, hicieron acto de presencia, entre otros, su esposa Teresa de Jesús Acuña de Garza; su hijo, Celso José y sus hermanos María Angélica, Josefina, Gustavo, Oscar, Gloria Elena y Juan Ramón Garza Guajardo,
Las Guardias de honor iniciaron con los miembros del Republicano Ayuntamiento, a continuación, la familia del cronista, seguidos por los amigos y compañeros del homenajeado, el personal directivo y docente de la Normal “Pablo Livas”, los representantes de grupo de la misma institución y el personal del Centro de Información de Historia Regional de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
El programa continuó con la lectura de la semblanza del cronista, a cargo del joven Juan Ramón Bocanegra Treviño, estudiante de la Normal “Pablo Livas”, de la misma escuela, Perla Abigail Bazaldúa Mata leyó la crónica “Reflexiones desde el horizonte” del libro “Aquellos años que soñé”.
La Profra. Elsa Solís tomó la palabra para ofrecer una amplia biografía del homenajeado, repasando cada una de las etapas de su vida.
También participó Don Leonel Garza González, amigo del desaparecido cronista, quien recitó el poema “Cuando un amigo se va”, del compositor, cantante y poeta argentino Alberto Cortez.
A nombre de la familia, hizo uso de la palabra Juan Ramón Garza Guajardo, Cronista de Escobedo, Nuevo León, iniciando con un recuerdo de su convivencia con su hermano Celso: “Siempre he manejado tres etapas de mi vida con Celso, la primera, la niñez, que para mi fue un héroe, llegaba sin avisar, se iba sin avisar, eran las épocas de juventud de él, siempre lo esperábamos con gran entusiasmo en la familia, a ver qué traía de nuevo, qué regalos nos traía de esos lugares que él recorría, la segunda etapa fue en la juventud, que era mi orgullo el presumir que yo era hermano de Celso, que escribía libros, que él siempre andaba que si en noticieros, en presentaciones y la tercera etapa, y creo que es la mejor para mi, fue de grande cuando él me invita a iniciarme en esto de la crónica, de la historia, era ya mi ejemplo, para mi fue muy importante su apoyo, las pláticas que teníamos de todo lo que teníamos pensado hacer, yo me integro con él en 1996 cuando estaba lo de Monterrey 400, y de ahí inicié mi carrera con él, siempre lo he presumido que hagan de cuenta que yo hice la maestría con él, esos 4 años, porque fue muy importante para mi todos esos consejos, cómo investigar, cómo todo, entonces la familia, cada uno de los hermanos tenemos anécdotas cuando junto mis hermanas las mayores, que fueron las que vivieron más esa época de juventud, me han contado todo lo que él hizo, lo que se sufrió en la familia, pero igual también ya después es lo más importante, es la época ya cuando todos estábamos grandes, él trataba siempre de unir a la familia y es lo que transmitía, y a nosotros, principalmente, los hombres, el hecho de seguir escribiendo”.
Concluyó con un exhorto a la juventud para que lean y escriban sus propias crónicas: “Quiero terminar invitando a los jóvenes sabinenses a toda la gente, principalmente los jóvenes, que lean los libros de Celso, que no se pierda esa tradición sabinense de escribir, cada generación tiene sus anécdotas, tiene sus historias, todos tienen, Celso vivió una época y la escribió, es necesario que las nuevas generaciones hagan lo mismo, todos tenemos una época, aunque ahorita vivimos una época difícil, también va a ser una época para hacer crónica, de parte de la familia Garza Acuña y de parte de la familia Garza Guajardo, todos mis hermanos, de mis sobrinos, les damos las gracias por seguir teniendo viva la memoria de Celso, que cada año nos reunamos aquí para seguirlo recordando, pero cero que el mejor recuerdo es seguir escribiendo, seguir leyendo sus libros, que es lo más importante, el legado que nos dejó Celso”.
Se dio concluido al evento, para continuar la conmemoración en la Normal “Pablo Livas”, donde se presentó el libro “Me decían Tanguma… y bailaba el Cerro de la Silla”, de la autoría del homenajeado.
Guardia de honor del personal directivo, docente y administrativo de la Normal "Pablo Livas".
Guardia de honor de los representantes de grupo y Reina de la Normal "Pablo Livas".
Guardia de honor de los amigos del cronista.
Guardia de honor del Centro de Información de Historia Regional-Hacienda San Pedro "Celso Garza Guajardo" de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Juan Ramón Garza Guajardo.
Don Leonel Garza González declamando "Cuando un amigo se va", de Alberto Cortez.
Juan Ramón Bocanegra.
Perla Abigail Bazaldúa.
Profra. Elsa Solís.