Cuando cumplió los cien años de vida estuvimos juntos con su familia festejando tan grato acontecimiento, la Tía Toña como si fuera una jovencita hizo alarde de memoria declamando una hermosa composición; de lo que carecía un poco era del sistema auditivo; todos los presentes aplaudimos su capacidad y alabamos sus virtudes, reconoció a las amistades y vecinos de toda una vida en su Sabinas querido, ya que sus hijos tuvieron la amabilidad de invitar a todos los que vivían y pudieran acercarse al evento.
Saludamos a los parientes ya que por el apellido Garza somos familiares y convivimos por última vez, sin sospecharlo siquiera, con el primo Julián Quiroga Garza, quien fue un destacado economista y por muchos años guía de los destinos de la Oficina Regional del I.N.E.G.I. en Monterrey, N.L. por razones que desconocemos al año siguiente del festejo murió llevándose en la alforja de los recuerdos, tantas aventuras que como niños adolescentes y adultos tuvimos en el barrio de Los Colegios.
A media mañana en época de vacaciones de verano, todos los niños del barrio nos reuníamos en el patio de la casa de Carlitos para ponernos de acuerdo y de ahí, por la calle Jiménez irnos a bañar al río; Julián, El Chacho como se le llamaba de cariño, era muy bueno para nadar y retaba siempre a los mejores para tirar clavados y nadar espacios que permitían mostrar sus capacidades de tritón; en otoño las reuniones eran para que Don Carlos Morton nos llevara en su camioneta, como amigos de Carlitos, a la huerta que tenía en un rancho que se ubicaba a un lado de la carretera a Garza Ayala, nos gustaba ir por que nos permitía que cortáramos naranjas y comiéramos a llenar, cuando menos dos veces a la semana íbamos con él.
El primo Julián fue un gran compañero, él junto con la familia de la Tía Toña se fueron a vivir a Monterrey, luego supe que radicaba en la Rep. De Chile donde fue a hacer una Maestría en Economía; se casó y formó una hermosa familia, lo volví a encontrar cuando lo visité en las oficinas del I.N.E.G.I. para solicitarle una información; pasaron los años y un día ya jubilados me visitó en mi casa en el Barrio de Sonora, venía con Leobardo de dejar a la Tía Toña en Parás, N.L. en la casa de Leopoldo, pues a ella le gustaba estar un mes en la casa de cada uno de sus hijos, por el periódico nos dimos cuenta que Julián había fallecido y no supimos si la Tía Toña se enteró, pero el trago amargo la familia lo soportó. Hoy nos dimos cuenta por La Semana Regional que la Tía Toña falleció a los 102 años de edad, fue una mujer privilegiada que con fortaleza y fe, le hizo frente a la vida y sacó adelante a su familia; para Leobardo, Clotilde, Leopoldo y Alfonso vayan nuestros recuerdos amenos y amorosos, sabemos que como siempre aceptan los mandatos del destino.
Para la familia del primo Julián quede también el testimonio de cariño para un inigualable compañero de estudios, un amigo en las travesuras de la niñez y un padrino de boda siempre solidario.
Queda en nuestro corazón un recuerdo inolvidable de la familia Quiroga Garza, que nos llevaremos al más allá, pues siempre compartieron con nosotros el pan y la sal de la verdadera amistad.
Profr. Santos Noé Rodríguez Garza
Cronista de la Ciudad
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo