Hace ya un año que un buen amigo puso en mis manos un excelente regalo; cuando se enteró que en el futuro oficialmente sería quien narrara la vida del pueblo en sus aconteceres más importantes, mandó hacer un portafolios de piel con mi nombre y cargo, grabados en letra dorada; me lo entregó diciéndome que era una prueba de sincera amistad y a lo largo del tiempo con su proceder ha demostrado que verdaderamente es mi amigo; es un filósofo humanista y autodidacta, sabe redactar con propiedad y plasma sus pensamientos con destreza y finura, lo admiro por su modestia y Don de gente; siendo un hábil artesano le sustrae un poco de tiempo a su trabajo y lo dedica a soñar y volar por el infinito, buscando que sus pensamientos se ubiquen en la realidad y narrando las hazañas de todos aquellos que se preocupan por tener “una mente sana, en un cuerpo sano”, como todo ser humano tiene sus achaques físicos, pero se sobrepone y sigue su deambular por la vida con propiedad, asimilando lo que dijera Guraieb “El más inútil de los hombres es aquel que nunca fue criticado ni elogiado” para aumentar aún más la deuda moral que tengo con él, me ha obsequiado algo que para mí es un tesoro, a puesto en mis manos varios libros, en especial uno que trata un tema científico de suma importancia, lo estoy leyendo con fruición y estoy encontrando situaciones de mi vida semejantes a las que narra el autor, experiencia formidable que a mis años me permite madurar mejor, por ello desde estas líneas que estoy seguro leerá, ya que no citaré su nombre por temor a ofenderlo, por que él sigue al pié de la letra lo que dice una máxima antigua “Hay reproches que alaban y alabanzas que censuran”.
Gracias por todo querido amigo y más por tu amistad.
Profr. Santos Noé Rodríguez Garza
