Existió hace ya mucho tiempo en algún lugar de la tierra, una aldea donde vivían muchos animalitos en armonía, de pequeños todos iban a la misma escuela y los mentores sabían lo que hacían…
Existió hace ya mucho tiempo en algún lugar de la tierra, una aldea donde vivían muchos animalitos en armonía, de pequeños todos iban a la misma escuela y los mentores sabían lo que hacían, pues eran maestros con vocación y cada uno conocía su labor y atribuciones de tal manera, que aunque en ese tiempo el ciclo escolar era de tan solo 180 días laborales, los alumnos egresaban con un alto nivel de aprendizaje, el señor Búho INSPECCIONABA cada una de las escuelitas interrogando a los niños sobre lo aprendido durante el bimestre felicitando a quien lo merecía y amonestando al que se atrasaba, a pesar de eso, nunca hubo necesidad de contar con maestros de apoyo o psicólogos en los planteles, jamás andaba investigando que profesores no iban a laborar pues esa no era su función ya que no era supervisor él sabía que eso le correspondía al director un gran perro San Bernardo que tenía recorridas muchas millas y que era responsable directo del buen o mal funcionamiento de la institución; pero no todo es miel sobre hojuelas cada vez que había junta de directores escolares algunos sabuesos envidiosos y ñangos le decían al san Bernardo como le va con el profe nuevo dicen que es de otra raza más mejor pues él entiende lo que lee, cosa que nosotros jamás hacemos pues no nos importan los alumnos solo nos interesa el salario aunque pongamos puros dieces para tener contentas a las mamás osas y así rascarnos la panza únicamente; porque ya había pasado un tiempo en que el inspector Búho por su edad tuvo que retirarse y en su lugar llegó un viejo Zorro que nunca iba a su oficina menos a visitar las escuelas para auscultar a los alumnos y constatar su aprovechamiento, quien realizaba a medias estas funciones era una comadreja que fungía como secretaria del señor Zorro haciendo decaer mucho la enseñanza escolar dedicándose solamente a chismorrear por tal motivo el rey León tuvo que implementar un nuevo decreto “Que se hagan exámenes de ENLACE para saber sin intermediarios el avance de los indefensos animalitos” y fue así como desapareció la imagen de un otrora eficiente elemento educativo como lo fue EL INSPECTOR.
Juan Omar Hernández Luna
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo