Muchos de los nombres de los cuerpos celestes provienen de la mitología. Las estrellas y demás cuerpos están la llamada bóveda celeste, pueden ser visibles cuando el ojo humano se acostumbra a la obscuridad.
Muchos de los nombres de los cuerpos celestes provienen de la mitología. Las estrellas y demás cuerpos están la llamada bóveda celeste, pueden ser visibles cuando el ojo humano se acostumbra a la obscuridad. De manera inconsciente comenzamos a ver formas humanas o animales que se delinean a través de grupos de estrellas. En efecto, muchas de las estrellas al agruparse van formando figuras que conocemos con el nombre de constelaciones y las mismas tienen su origen en los relatos míticos.
Por ejemplo la constelación de Orión nos recuerda a un cazador que se puede ver muy bien en el periodo invernal. Está enmarcada por dos estrellas brillantes que forman los hombros y otras tres más pequeñas forman el cinturón del cazador. Enfrente de Orión se puede ver la constelación del Toro. Fueron precisamente los sumerios quienes le dieron nombre a ésta constelación, pues para ellos representaba a su principal héroe Gilgamesh, que en sumerio Uru An-na significa luz del cielo. Pero los griegos también van a encontrar un equivalente, pero en la persona de Orión que era hijo de Poseidón, el dios del mar y de una hija del rey Minos de Creta y por eso tenía la capacidad de caminar sobre el mar. En el cielo vemos los perros del cazador que son el Can Mayor y el Can Menor . Orión se enamoró de una joven a la que quiso violar y en castigo, el padre de la muchacha lo dejó ciego. Entonces un oráculo le dijo marchara hacia el oriente pues ahí recuperaría la vista al amanecer.
También Orión está relacionado con el mito de las Pléyades del Toro. Las Pléyades eran siete hermanas, hijas de Atlas y Pleione. Algunos dicen que en realidad Orión perseguía a la madre de ellas y que por eso, Zeus las puso en el cielo, en donde Orión las persigue todas las noches. De igual forma, la muerte de Orión tiene que ver con relaciones mitológicas: una de ellas refiere que le presumió a Artemisa que el podía matar a cualquier animal de la tierra. Artemisa enfadada hizo salir a un escorpión de una grieta y le dio muerte. Otra dice que quiso violar a Artemisa y que ésta le mandó al insecto para que lo matara. Existe la posibilidad de que si estuvieron a punto de casarse, pero que Apolo enojado porque su hermana gemela se iba a casar, la retó a una práctica del tiro al blanco y que le hizo disparar a un punto del mar en donde estaba el gigante.
Otra constelación tiene su origen en el siguiente relato: Cefeo era rey de Etiopía y estaba casado con Casiopea, una joven que se sentía más bella incluso que las Nereidas, hijas de Nereo, divinidades marinas. Estas se irritaron y suplicaron a Neptuno que le castigara. Entonces mandó un monstruo desde las costas de Siria que causó daños incalculables al reino de Cefeo. Fue cuando a éste se le ocurrió encadenar a su hija Andrómeda en una roca para ofrecerla al monstruo.
Con el fin de rescatarla, Perseo atrapó a la Medusa, hija de Forcos y que tenía la capacidad de petrificar a quien la viera. Con la cabeza de la gorgona, Perseo montó en su caballo Pegaso y llegó hasta la roca en donde estaba Andrómeda y esperó a que el monstruo llegara para petrificarlo. Una vez que la rescató se casó con ella. Un grupo de constelaciones que se ven desde el Polo Norte hasta el Ecuador, llevan los nombres de los personajes que se acaban de relatar.
Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina