El emporio del Marquesado de Aguayo y el de los Sánchez Navarro

De Solares y Resolanas

Por su extensión territorial de 149,982 kilómetros cuadrados, Coahuila es el tercero en tamaño en México. Y uno de sus municipios, Ocampo, es el municipio más extenso en nuestro país. Indudablemente que Coahuila es un estado grande, y no solo lo digo por su tierra sino también por su gente y por su historia. Precisamente desde tiempos de la colonia, abarcaba tierras que llegaban hasta el río Missisippi. Pero también Coahuila fue escenario de la conformación de los latifundios más grandes e importantes de nuestro país: el marquesado de Aguayo que luego pasa a formar parte de la familia Sánchez Navarro.

Quien fundó el marquesado de Aguayo, fue Agustín de Echeverz y Subiza, originario de Navarra, España y quien se casó con una rica dama saltillense llamada Francisca de Valdés Alceaga y Urdiñola. Don Agustín nombrado gobernador del Nuevo Reyno de León en 1682. A él se le debe la expedición a la Bahía del Espíritu Santo que Alonso de León hizo a Texas para buscar a los franceses y promovió el establecimiento de San Miguel de la Nueva Tlaxcala, actual Bustamante, Nuevo León. Fue dueño de cerca de 80 mil hectáreas, con la cual conformó el latifundio más importante en su tiempo en la Nueva España. un territorio con el tamaño de la mitad del estado actual de Coahuila.

En realidad, muchos de los terrenos del marquesado venían a su vez del patrimonio que forjó el poblador y uno de los fundadores de Saltillo, don Francisco de Urdiñola. Este personaje había nacido en España en 1552 y llegó a la Nueva España para después pasar a las empresas de pacificación y conquista de la Nueva Vizacaya. En 1591, promovió el establecimiento de San Esteban de la Nueva Tlaxcala y de San Isidro de las Palomas, origen de lo que actualmente es Arteaga. Acaparó mercedes y tierras en el sur de Coahuila que en ese entonces pertenecía a la Nueva Vizcaya, que llegó a gobernar entre 1603 y 1615. Falleció en 1618. Tanto Urdiñola como Echeverz y Subiza, dejaron a Patos, actual General Cepeda y a Parras como lugares de residencia.

Luego el patrimonio del marquesado de Aguayo, pasó a ser de la familia Sánchez Navarro. Propiamente se puede decir que el fundador de un linaje que conformó uno de los latifundios más grandes de América, se llama Bernardino Sánchez, originario de Saltillo, hijo de Martín Sánchez y de Melchora Navarro, hija de uno de los principales fundadores de Saltillo y quien se casó con María de la Fuente.

Uno de sus descendiente, el padre Miguel Sánchez Navarro, nacido en Saltillo en 1730, hijo de Cristóbal Sánchez Navarro y de Josefa Rodríguez, se dedicó a ampliar sus influencias tanto terrenales como de almas. Estudió en el colegio que los franciscanos mantenían en Guadalupe, Zacatecas. En 1755 fue nombrado cura de la parroquia de Santiago en Monclova y comenzó a hacerse de propiedades agrícolas, sitios ganaderos, tiendas de raya y molinos para conformar el latifundio más grande América, llegando a comprar a partir de 1762 de las propiedades del marquesado de Aguayo. Con esos recursos y presencia, en 1811 se hizo prebendado de la Catedral de Monterrey. Es sabido que con su peculio mandó construir el templo de Santiago Apóstol en Monclova. Murió en 1821, dejando sus bienes a su sobrino Melchor, que agrandó el latifundio al comprar las propiedades de la familia Garza Falcón en el norte del estado.

Otro de los Sánchez Navarro que aprovechó su posición dentro de la iglesia para adquirir propiedades, fue José Ignacio, quien nació en 1781. Una vez ordenado sacerdote, ocupó los curatos del Pilón, actual Montemorelos y Saltillo en 1819. Una figura relevante dentro de los bandos políticos, pues le tocó estar de lado de quienes proclamaron la independencia, miembro del Consejo de Gobierno de Coahuila y diputado al Congreso de la Unión por Coahuila en 1832. Patriota y nacionalista, quien con su peculio cuidó a los heridos de la Batalla de la Angostura el 22 y 23 de febrero de 1847. Fue senador y vivió en la ciudad de México hasta su muerte ocurrida en 1851.

Quien se benefició de la acumulación de tierras y capitales, fue Melchor Sánchez Navarro, quien era propietario de 63 sitios de ganado mayor, 19 de ganado menor y 25 caballerías de tierras. En 1844 adquirió las tierras del marquesado de Aguayo, que abarcaba tierras en Coahuila, Durango y Zacatecas.

El clan Sánchez Navarro hizo de Monclova el centro económico de Coahuila en la primera mitad del siglo XIX. Pero no tuvieron una elección apropiada en tiempos de la intervención francesa, pues apoyaron al Imperio de Maximiliano y por eso Benito Juárez expropió sus terrenos en los que surgieron municipios como San Juan de las Sabinas y otros en la zona carbonífera. Fueron propietarios de lugares como Palau, Castaños, La Soledad, Hoyos, Cieneguilla, San Vicente, Hermanas, San José del Oro y San Ignacio del Paso Tapado. Descendientes de ellos, son don Juan Sánchez Navarro que catapultó al grupo Modelo y el actor Manolo Fábregas, que en realidad era Sánchez Navarro Fábregas, pues era nieto de la actriz Virginia Fábregas.

Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina