Dr. Antonio Guerrero Aguilar

Los municipios de Nuevo León entre 1920-1930

De Solares y Resolanas

Dr. Antonio Guerrero AguilarA lo largo del decenio fueron gobernadores Juan M. García de 1921 a 1922, Ramiro Tamez de 1922 a 1923, Anastacio Treviño Martínez en 1923. De 1923 a 1925 Porfirio G. González; de 1925 a 1927 Jerónimo Siller, Aarón Sáenz de 1927 a 1931, quién debido a las licencias que solicitaba, dejaba a José Benítez como interino entre noviembre de 1928 a marzo de 1929 y del 3 de febrero de 1930 al 12 de septiembre de 1931. En 1929 también figura como gobernador interino Plutarco Elías Calles Chacón.

En ésta década parecía que la nación encaminaba convenientemente de la mano del jefe constitucionalista Venustiano Carranza. Pero el Plan de Agua Prieta cortó con las aspiraciones del presidente y lo destituyeron. De nueva cuenta México se vio envuelto en otra revolución. A pesar de ello, el desarrollo económico de Nuevo León no se detuvo. Se establecieron algunas fábricas que a la larga se convirtieron en grandes grupos industriales. El gobierno del Estado contempla el establecimiento de seis escuelas comerciales en Villaldama, Lampazos, Cerralvo, Montemorelos, Cadereyta y Linares.

El año de 1920 fue testigo de importantes acontecimientos: los canadienses propietarios de la Hacienda del Canadá decidieron rentarla a Luis Cantú y se fueron probablemente a su lugar de origen. La autoridad municipal de China convirtió a la escuela de niños en primaria superior, en la cual ya se podían cursar los dos últimos grados de educación primaria y fue inaugurada la planta de luz en General Terán. En Allende, los vecinos incursionaron en el servicio del autotransporte. Por ésta época los lugares que más visitaban los regiomontanos eran El Diente, San Jerónimo y la Huasteca en Santa Catarina.

En 1921 se inauguró el autotransporte entre Santa Catarina y Monterrey y se estableció el servicio postal en Iturbide. Además reiniciaron los trabajos en la cementera de Hidalgo, después de permanecer cerrada por cerca de 10 años. También el año de 1922 fue benéfico en muchos sentidos. Se le quitó el San Nicolás al nombre oficial del municipio de Hidalgo, los vecinos de la Ascención, (comúnmente llamada “La Chona”) de Aramberri, participaron en la construcción de un templo. Monterrey y Saltillo quedaron unidas gracias al servicio telefónico entre las dos poblaciones. Fue inaugurado el Panteón Guadalupe en General Terán y la Arquidiócesis de Linares cambió su nombre por el de Monterrey. Desde 1777 la diócesis tenía el nombre de la ciudad linarense, aunque la residencia y la curia permanecían en Monterrey.

Conscientes de la importancia de los caminos y carreteras, se realizaron varias obras que contribuyeron a la mejor comunicación entre los pueblos y municipalidades de la entidad. De 1923 a 1926 fue construida la carretera General Terán-Montemorelos. En 1925 se inauguró la carretera Monterrey-Saltillo. En 1926 se promueve la construcción de la Carretera Nacional, desde Linares a Sabinas y dos años después aprovechando la infraestructura, se inició la construcción de la carretera Monterrey-Ciudad Victoria. Todas éstas obras trajeron progreso económico y comercial a las poblaciones. Se dice que cuando los trabajadores hacían el tramo correspondiente en Ciénega de Flores, una señora de nombre Florencia Quiroga preparaba machacado con huevo a sus clientes. Hoy en día, ese platillo es uno de los más típicos en la gastronomía regional.

Durante el bienio 1929-1930 Monterrey se enlazó con Cadereyta, China y General Bravo, debido a la construcción de la carretera Monterrey-Reynosa, en el tramo correspondiente de la carretera interocéanica Matamoros-Mazatlán. Originalmente la carretera pasaría 15 kilómetros al norte de cabecera municipal de China, pero las gestiones de las autoridades municipales propusieron el cambio de la ruta para que la carretera pasara muy cerca de la calle principal.

Por su considerable cantidad de habitantes, su importante actividad agropecuaria y minera, Villaldama fue elevada a ciudad y declarada cabecera del distrito judicial del norte del estado en 1924. De igual forma, el congreso del estado aprobó la creación de la Congregación Autónoma de Melchor Ocampo, sepárandose del de Cerralvo, antiguamente conocido como Charco Redondo. Desde ese año comienza a operar el registro civil en dicha población.

Con la intención de apoyar al sector agropecuario de la entidad, en 1926 la Ascención, que había surgido como estancia ganadera del municipio de Aramberri, fue declarada “ejido” del sistema agrario nacional y se promulgó la ley sobre irrigación de aguas para el cultivo, que creó la Comisión Nacional de Irrigación.

La realización de obras de beneficio social, trajeron progreso en algunos pueblos de Nuevo León. En 1927 se estableció una planta de luz en la cebecera municipal de Garza García y se inauguró el servicio telefónico en Linares, Iturbide y Galeana. Con la ejecución de la obra de la presa Don Martín, en Sabinas., Coahuila, aumentó rápidamente la población de los Rodríguez, el Camarón y Don Martín en el norte del municipio de Lampazos. Por éstos años, la gente que había abandonado sus tierras por el movimiento armado de la Revolución, regresó a sus lugares de origen para trabajar sus parcelas. Pero muchos de ellos que ya habían mejorado su situación económica, prefirieron quedarse en sus lugares de trabajo.

En 1928, el jefe máximo de la Revolución, general Plutarco Elías Calles, visitó el poblado El Espinazo en Mina, Nuevo León. Lo acompañaron el general Juan Andrew Almazán y el entonces gobernador del estado, Lic. Aarón Sánez. Estaba en su pleno apogeo las curaciones del llamado Niño Fidencio. Ese año, Doctor Arroyo quedó comunicado mediante el servicio telefónico con Mier y Noriega, La Ascención, Aramberri, Zaragoza y Ciudad Victoria.

Es buena época para algunos municipios: se instalan dos molinos para nixtamal en China, se construye una plaza de toros en Santa Catarina, mientras que en San Nicolás las autoridades instalaron una torre para el reloj público y promovieron la instalación del servicio telefónico. En 1930 se inauguró la Presa Don Martín, a la cual asistió Plutarco Elías Calles en representación del Presidente de la República, Pascual Ortiz Rubio. Gracias a los sistemas de irrigación provenientes de la presa, la región norte de Nuevo León, pronto se convirtió en un enclave algodonero.

Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina