Lic. Antonio Guerrero Aguilar

En la región de las luminarias: la noche de Higueras

De Solares y Resolanas

Lic. Antonio Guerrero Aguilar

El rasgo más representativo de Higueras, Nuevo León, o más bien, su principal sacramento comunitario, son las famosas luminarias. Estas se pueden definir como luz que se ponen en las ventanas, balcones, torres, calles, plazas en señal de fiesta y regocijo público.

Lic. Antonio Guerrero AguilarEl rasgo más representativo de Higueras, Nuevo León, o más bien, su principal sacramento comunitario, son las famosas luminarias. Estas se pueden definir como luz que se ponen en las ventanas, balcones, torres, calles, plazas en señal de fiesta y regocijo público. O también como la luz que arde continuamente en las iglesias delante del Santísimo Sacramento. Desde la antigüedad se acostumbraba iluminar al exterior de los templos en las ceremonias litúrgicas y entierros.

Higueras está situado a poco menos de 50 kilómetros al norte de Monterrey. Está delimitado por la sierra de Picachos y al sur colinda con el antiguo valle del carrizal de los Ayguales, asiento de los municipios como Zuazua, Marín y Doctor González.

A decir verdad, el origen y significado de las luminarias es confuso. La gente simplemente dice que siempre las han quemado en la víspera del día 12 de diciembre. En la quema de la Candelilla -como también se le conoce a dicha festividad- intervienen diversos factores que me sería interesante analizar, para comprender mejor una de las fiestas más representativas de Nuevo León: se hace en la víspera de la festividad de la Virgen de Guadalupe, el 11 de diciembre, se hacen montones o atados de un arbusto típico de la zona, utiliza una planta que se llama candelilla, su elemento esencial es el fuego y existe un afán penitencial de orden litúrgico.

Leticia Montemayor quien es la cronista municipal, asegura que es una tradición netamente guadalupana, según consta en un edicto eclesiástico firmado el 19 de noviembre de 1756, por el Obispo de Guadalajara, Fray Francisco Buenaventura Martínez de Tejeda Diez de Velasco y que literalmente dice: “se conceden 40 días de indulgencia a quienes por la noche de la víspera y día de Guadalupe, adornasen la puerta de su casa y calle, iluminándola con luces y luminarias e hicieren otras piadosas demostraciones de gratitud, júbilo y alegría”.

Evidentemente la fiesta es en honor a la Guadalupana. Encontramos nombres de Guadalupe en casi todo el Valle de las Salinas y en el Carrizal, lugar donde se asienta Higueras. Los templos de Mina, Abasolo, El Carmen, Salinas Victoria, Higueras y de una comunidad de Marín llevan el nombre de Guadalupe.

A mi parecer, en la liturgia de las Luminarias de Higueras, se conjugan elementos religiosos correspondientes a varias culturas,en la cual se fusionan el rasgos judíos, hispanos y precolombinos. Por ejemplo, se hacen montones o atados de un arbusto típico de la región. Es importante señalar que en las culturas precolombinas el atado de hierbas significaba el fuego nuevo.

Se utiliza la candelilla que es consumida por el fuego y que también recibe el nombre de “afinador”, que es un arbusto de hojas alternas mucronadas, gruesas. Abunda en las zonas submonañosas y desérticas de Nuevo León y Coahuila.

Existen 16 tipos de candelilla.

Vemos que el elemento esencial es el fuego. Entre los filósofos presocráticos se pensaba que el origen de las cosas tenía que ver con los elementos naturales. Heráclito de Efeso en el siglo V antes de nuestra era, sostenía que en el fuego todas las cosas, en su fluir incesante son UNO. El titilar inquieto e incesante de las llamas habla en torno elocuente de un cambio. Este para Heráclito, es el tránsito de las cosas que vienen del fuego o vuelven a él.

Los ritos relacionados con el fuego están muy identificados con la purificación. Quienes lo practican tienen características de culturas agrarias. Simbolizan los incendios de los campos, que se “embellecen luego con un manto verde de la naturaleza viva”. (sic)

A el fuego se le considera como una imagen de Dios, la menos imperfecta de sus representaciones y como esencia supraesencial que simboliza al intelecto, es decir, a la conciencia. El incendio que consume lo que encuentra a su paso, simboliza purificación y regeneración; de destrucción a la inversa por su luz y su verdad”. Mientras que en la Biblia se considera al fuego como manifestación y la representación de Dios, que con su luz y calor purificaba a las cosas. Desde los orígenes de la humanidad, los hombres ofrecían sacrificios por medio del fuego. Una forma es el holocausto, sacrificio en donde la víctima o las ofrendas eran quemadas en beneficio de Dios para expresarle un acto de total sumisión. Por ejemplo, nn el libro del Génesis, Abel ofrecía animales recién nacidos a los cuales quemaba.

Pero la situación más representativa, es cuando Dios se manifestó a Moisés en una zarza ardiendo. De aquí se deriva el uso del candelabro del Tabernáculo o de los Siete Brazos: MENORAH, que simbolizan a las siete lámparas que iluminaban -según modelo presentado por Dios- a Moisés en el Monte Sinaí. Para los judíos, la fiesta de las luminarias se llama JANUKA y se celebra el 14 de diciembre y la MENORAH es el candelabro con los siete brazos.

En la tradición prehispánica, se representaba en una ceremonia del fuego nuevo se efectuaba cada cincuenta y dos años. En el Cerro Citlaltépetl, la ceremonia daba comienzo en el momento exacto en que terminaba el año cincuenta y dos y se iniciaba un nuevo ciclo o período. Al llegar la media noche, encendían primeramente el altar a Huitzilopochtli; después los de las escuelas; enseguida los templos y las casas. El fuego debía de permanecer ardiendo otros cincuenta y dos años. Por otra parte, el Quinto Sol, en el pensamiento náhuatl, confirmaba la existencia de otros cuatro soles o edades que se habían sucedido hace miles de años. El Quinto Sol corresponde a la era actual. Por eso, los mexicas pensaban que era una buena señal, la de recibir el ardiente mensaje de que el Quinto Sol viviría otros cincuenta y dos años. Estas creencias proceden de Teotihuacan, en donde Tecuciztécatl se convirtió en la luna y Nanahuatzin en el sol.

La fiesta del fuego nuevo, coincidía además con la fecha en que la constelación de las Pléyades pasaba el cénit a medianoche. Las Pléyades eran sumamente importantes para los antiguos mexicanos. En las latitudes del altiplano central su ciclo anual muestra ciertas relaciones particularmente interesantes, ya que se encuentra en una simetría opuesta al curso del Sol.

En la festividad de las Luminarias existe un afán penitencial de orden litúrgico. Pues bien, el arbusto industrializado se convierte en parafina, parte esencial de la cera y la cera, es el elemento natural más usado en el culto a Dios, que se enciende y permite que poco a poco se vaya consumiendo. El significado cultural de este rito es el de una ofrenda hecha a Dios que representa el grado en que nosotros deberemos de consumir nuestras vidas en buenas obras, sacrificios y penitencias. De ésta forma, la cera se convierte en un representante de mi persona ante una imagen a quien se le ha solicitado algo y que exige de mí un cierto grado de disciplina que “me consume” como si se tratara de una correspondencia moral a la buena acción que se recibirá de la divinidad”. (sic)

Sobre las procesiones nos dice que la caminata se hace para indicar la condición de peregrinos. Indica el estilo transitorio de nuestra vida mortal que se dirige hacia un lugar “consagrado” para suplicar o pedir perdón. Agradecer o festejar acontecimientos sagrados.

Las Luminarias se repiten anualmente en la víspera del 12 de diciembre. Es una costumbre inmemorial es en éste pueblo el que los jóvenes vayan en grupos a la colina inmediata a cortar y llevar personalmente a sus casas un arbusto que llaman candelilla. Con ella forman grandes luminarias en el centro de las calles, encendiéndolas todas a un mismo tiempo, de la hora que terminan las vísperas, a la vez que los hombres disparan cohetes y armas de fuego por todos los rumbos de la población. Es de común conocimiento que las luminarias de Higueras son la tradición más bella de la región.

Como se advierte, en Higueras, desde hace muchos años, sin que se pueda precisar la fecha, se hacen con candelilla; no la candelilla de exportación. las mujeres juntan la candelilla en un afán penitencial y descalzas en los cerros. Luego la juntan enfrente de la puerta principal de la casa, -ahora ya no se puede por el tráfico y demás calles pavimentadas- y se iban amontonando aquellas cosas, más o menos desde octubre empezaba a hacerse ésto, y el 11 de diciembre, anteriormente a un toque de campana, se incendiaba todo aquello.
Me parece precioso, como una especie de oración de fuego, por ser la Víspera Guadalupana y todo lo demás. Esto tiene una serie de posibles interpretaciones antropológicas, la mujer como conservadora del fuego del hogar y el aspecto penitencial que tiene.

El Maestro Garza Quirós describe el rito catalogándola como una liturgia luminosa:”Cuenta la tradición que el firmamento espera trescientas sesenta y cuatro noches, para ver su rostro reflejado en la Tierra. Hay quienes dicen que las estrellas sólo viven porque desean volver a contemplarse en las Luminarias de Higueras. El 11 de diciembre la Villa de Higueras oficia una ceremonia íntima. Se transforma. Se corona con mil cúpulas de fuego, para convertirse en espejo del Firmamento. No es una lucha contra la noche, ni una prolongación de la alegría del sol. Es la plegaria anual que incendia la Fe, y funde el trabajo con resabios de antiguos matriarcados”.

El origen de la celebración permanece oculto. Sólo se sabe que en la víspera guadalupana, el pueblo higuerense le habla a Dios con el lenguaje del fuego. Ya será tiempo de la Luminarias, el día 11 de diciembre por la noche.

Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina