El pasado mes de septiembre se celebró el Bicentenario de la Independencia, y durante el mes de noviembre en curso se cumplen cien años del inicio de la Revolución.
Por tal motivo se han escrito muchos artículos y columnas periodísticas e incluso se han realizado mesas redondas y programas televisivos, en los cuales se han abordado estos acontecimientos desde distintos ángulos y puntos de vista.
La actuación de personajes de la Independencia como Miguel Hidalgo, José María Morelos, Ignacio Allende, Josefa Ortiz de Domínguez y Juan Aldama, entre otros, y de la Revolución como Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Porfirio Díaz, Álvaro Obregón, Francisco Villa y Emiliano Zapata, ha sido desmenuzada y exhibida, no ólo en lo que concierne a su participación en dichos eventos, sino incluso en lo que respecta a su vida privada.
Sobre el particular, no debemos perder de vista que todos ellos eran seres humanos, con virtudes y defectos como cualquier otro.
Y aunque haya quienes prefieren destacar sus defectos, sobresalen, y por mucho, las acciones que, aún a costa de su vida, emprendieron para luchar en contra de gobiernos o fuerzas invasoras extranjeras, o contra quienes explotaban y mantenían sojuzgados a los mexicanos, gracias a lo cual ahora disfrutamos de libertad y de muchas otras cosas positivas, aunque sin desconocer que persisten rezagos, desigualdad, corrupción y muchas otras cosas negativas.
Es probable, entonces, que quienes lucran o se benefician de estas situaciones adversas sean los que buscan denigrar a nuestros héroes, que, con todo y sus defectos, están muy por encima de ellos, sí, malos mexicanos, que sólo miran por sus propios intereses.
Castellanos
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo
