La Leona Textil: remembranzas y consideraciones

De Solares y Resolanas

La zona industrial y las colonias situadas al pie de la sierra de las Mitras en San Pedro Garza García, tienen su origen en una merced o donación de tierras de parte de Diego de Montemayor a Pedro Iñigo, para establecer una hacienda entre Monterrey y la de Santa Catarina. Iñigo fue muerto por los indios en 1606 por lo que Martín de Zavala mercedó a Pedro Camacho para establecer un sitio dedicado a la agricultura, la ganadería, la minería y como lugar de paso. Por eso le llamaron el “Puesto de Camacho”.

Debido a una deuda contraída con Juan Buentello Guerrero, las tierras pasaron a una hija suya de nombre Juana Botello. Quien administró estas tierras fue su tutor Francisco Botello Morales, quien al morir en 1696 las dejó despobladas. Esta hacienda también fue conocida como de San Antonio, por estar cerca de la mina más antigua en la sierra de las Mitras. Luego fue vendida a Juana de Treviño y Maya, viuda del capitán Antonio González Hidalgo. Casada en segundas nupcias con Antonio Leal, instituyeron una capellanía sobre esos bienes. Es cuando le conocen como la “hacienda vieja”. A principios del siglo XIX, el padre José Lorenzo Guerra la adquirió, pero al morir en 1824 las tierras fueron vendidas “y redimidas” a favor de la comunidad de los accionistas del valle de San Pedro. El 3 de marzo de 1859, Ezequiel Steel las compró para Roberto Law, quien estableció una industria textil al poco tiempo.

Roberto Law nació en Irlanda el 27 de mayo de 1824. Muy joven llegó a México, fijando su residencia en Monterrey. Junto con Andrés Martínez Cárdenas, instaló la Fábrica de Hilados y Tejidos de la Leona en 1874 en terrenos de la antigua hacienda vieja o de San Antonio. Esta fábrica obtenía su fuerza motriz aprovechando las aguas que bajaban del cañón de Santa Catarina conducidas en una atarjea y por maquinaria movida por vapor. De igual forma, promovió la apertura de la factoría El Blanqueo de la Fama. Para lo cual contrató a técnicos extranjeros y de la república para que trabajaran en su empresa y en la de la Fama. Ezequiel Steel fue socio, amigo personal y representante legal de Roberto Law. En 1899 vendieron la Leona a Manuel Cantú Treviño, dueño de la firma comercial “Sorpresa y Primavera”. Law murió en Santa Catarina el 22 de junio de 1916. Sus restos descansan en el panteón San Juan en un monumento de mármol realizado por Antonio Decanini, lamentablemente dañado en el 2002. La Leona dio origen al poblado del mismo nombre, pueblo gemelo al de la Fama. Estaban unidos por un llano repleto de veredas recorridas por los vecinos tanto de un lado como de otro. Precisamente los límites entre Santa Catarina y Garza García en enero de 1894, fueron fijados a partir de un punto intermedio entre las dos fábricas.

Manuel Cantú Treviño nació en Salinas Victoria, Nuevo León el 6 de junio de 1860. Hijo de Aniceto Cantú Cantú y Juanita Treviño. En 1871 su familia se asentó en Monterrey y dos años después comienza a trabajar en una tienda propiedad de Juan Sepúlveda en Saltillo. Al regresar a Monterrey se dedica a los negocios. En 1891 junto con sus hermanos fundó el almacén y tienda Sorpresa y Primavera. En 1899 le compró a Roberto Law la fábrica de hilados y tejidos de la Leona y luego adquirió la fábrica de hilados y tejidos de la Fama. Fue diputado federal por Nuevo León entre 1900 y 1902. Casado con la señora Octavia Rivero. Participó en diversos consejos de administración de empresas como la vidriera, el casino de Monterrey, el banco Mercantil de Monterrey, la fundidora, la embotelladora Topo Chico y otras. Falleció en Monterrey el 7 de abril de 1913. Las dos fábricas textiles de la Fama como la Leona pasaron a su hermano Florentino Cantú Treviño.

La Leona tuvo una estación de ferrocarril sobre la ruta México-Nuevo Laredo. De acuerdo a Tomás Mendirichaga, la pequeña estación de madera fue costeada por Florentino Cantú Treviño en 1919. Ahí el tren se detenía brevemente para dejar o subir pasaje, dejar o llevar mercancía tanto para las fábricas de la localidad como para el pueblo de la Leona. La misma estación daba servicio al Seminario de Monterrey a dónde llegaban cajas de libros, ropa o material deportivo como uniformes y balones de futbol que venían de La Piedad, Michoacán. Estaba situada en el lado norte de la vía, casi en frente de las dos clínicas del IMSS. Fue destruida cuando ampliaron la carretera Monterrey-Saltillo para convertirla en el boulevard Díaz Ordaz entre 1970 y 1971.

En 1940 la empresa fue comprada por María Cantú Treviño, casada con José Llaguno. Un hijo llamado Jesús Llaguno Cantú fue quien se quedó con la administración del grupo de empresas. Jesús nació en Monterrey en 1899. Estudió en el Instituto de la Sagrada Familia en Monterrey, para luego continuar con sus estudios profesionales en Nueva York como Pennsylvania. A su regreso a Monterrey se dedicó a trabajar en la tienda Sorpresa y Primavera S.A. Casado con Virginia Farías García. A partir de 1940 presidió y apoyó una serie de empresas relacionadas con la industria textil y confección de ropa alrededor de la antigua fábrica de hilados y tejidos de la Leona. Fue uno de los que promovieron el establecimiento del Instituto Regiomontano y del Instituto Tecnológico de Monterrey en 1943, ocupando un cargo como consejero de dicha institución educativa. Empresario de una visión social y de compromiso con los trabajadores y el entorno en que vivían. Prueba de ello es la apertura del colegio Cantú Treviño a cargo de su hermana Juanita. Padre del sacerdote jesuita que llegó a ser obispo de la sierra Tarahumara, don Jesús Llaguno Farías. Apoyó también a la Universidad de Monterrey. Ellos vivieron en unas propiedades de San Jerónimo conocidas como Santa María. Jesús Llaguno murió en 1987.

Los Llaguno Cantú donaron al Seminario de Monterrey, parte de sus terrenos para establecer ahí el plantel considerado como la cuna de la educación en el noreste mexicano. Fundado el 19 de diciembre de 1792 por decreto de don Andrés Ambrosio de Llanos y Valdés, tercer obispo de la diócesis de Linares-Monterrey. Un colegio tridentino según lo mandado por el Concilio de Trento; la real, debido al derecho de Patronato Indiano. En 1917 el seminario quedó en la actual basílica de Nuestra Señora Del Roble, bajo la guía de los padres Juan José Hinojosa, Pablo Cervantes Perusquía y Fortino Gómez. Posteriormente los alumnos residieron por la calle de Hidalgo en la colonia que dio su nombre. En 1935 pasaron al anexo del templo de San Luis Gonzaga. Posteriormente, se trasladaron al municipio de San Pedro Garza García en 1959, gracias a la donación de terrenos de la familia Llaguno Cantú, donde residió todo el seminario hasta 1995 pues el Seminario Mayor se trasladó a San Mateo, ciudad Benito Juárez, N.L.

Con los Llaguno Cantú surge Textiles del Norte, S.A. en 1947, Acabados Monterrey S.A. en 1948, otra vez Leona Textil en 1951, Nylon de México en 1958, Policrón de México en 1962. Estas dos se fusionan en 1974. Dos años después don Jesús Llaguno tiene una disyuntiva: salvar las empresas o mantener a sus trabajadores. En un hecho inédito en la historia del empresariado en México, decide la seguridad de la gente que depende de él. Nylon de México pasó a ser de Grupo Alfa y las empresas gradualmente cerraron. La Hacienda Vieja dio origen a la zona industrial de San Pedro Garza García entre 1940 y 1960: Cerámica Regiomontana de los Brittingham, Radios Trasuniversal de Bernardo Jiménez, GT Silvania, Aislantes León, Anderson Clayton y John Deere. El complejo industrial de la Leona fue adquirido por la familia Saba, X Tra, Invista y otros más. En los terrenos de agostadero de la hacienda vieja, surgió todo el sector norte de San Pedro Garza García.

Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina