Chipinque: del valle de las Salinas a la Sierra Madre

De Solares y Resolanas

Para algunos estudiosos, el nombre de Chipinque se refiere a un cacique indígena que asolaba la región del valle de las Salinas durante el siglo XVII. Para otros, la palabra está relacionada con el vocablo de origen náhuatl "chichipinqui" cuyo significado se traduce como llovizna o lluvia pequeña. Por eso cuando no arrecia la lluvia, decimos “está el puro chipi chipi”, la famosa lluvia moja tontos por no decir la otra palabra tan generalizada.

Hay dos chipinques en Nuevo León: la cabecera de El Carmen, municipio situado en el antiguo valle de las Salinas y el paraje de la meseta al pie de la formación rocosa conocida como la M en la Sierra Madre Oriental o también llamada sierra de Anáhuac perteneciente a San Pedro Garza García. El primer Chipinque fue establecido poco antes de 1626, cuando Bernabé de las Casas otorgó como dote a su hija María de las Casas, unas tierras situadas en el valle de las Salinas llamadas el puesto de El Chipinque. Por mercedes reconocidas, estas pertenecieron a María y a su esposo Juan Alonso Lobo Guerrero. Esta fue una de las haciendas más antiguas en la cual beneficiaban metales y se labraba la tierra gracias a la abundancia del agua. Al morir éstos, vendieron las tierras a sus tíos Diego de Villarreal y Beatriz de las Casas. Al constituirse la municipalidad de Abasolo el 5 de abril de 1827, El Chipinque pasó a formar parte de su jurisdicción. Pero el 5 de febrero de 1852 se separó para formar un nuevo municipio al que llamaron El Carmen.

El territorio perteneciente al actual municipio de San Pedro Garza García, tiene su origen en una merced de tierras otorgada por Diego de Montemayor a favor de Diego Rodríguez, las cuales abarcaban un sitio de ganado mayor, uno de ganado menor y ocho caballerías de tierra en el paraje Los Nogales. En 1624 pasan a formar parte del matrimonio entre la hija de Diego Rodríguez y Sebastiana Teviño llamada Mónica quien se casó con Miguel de Montemayor. Estas tierras se acrecentaron por el rumbo del valle del Huajuco en donde los Rodríguez de Montemayor formaron haciendas y familias. Por la calidad de la tierra y las aguas, la hacienda de los Nogales seguramente fue de las mejores de todo el reino. Estuvo al cuidado del valle de San Pedro y luego perteneciente a la municipalidad de Garza García. En un plano de 1906 aparece un lugar en la montaña perteneciente a una familia de apellido Siller llamado Chipinque, dentro de la Comunidad de Accionistas de la antigua hacienda de San Pedro. Para José Flor Navarro fueron unos excursionistas del Círculo Mercantil Mutualista de Monterrey quienes le puso Chipinque en 1918: Pedro Tijerina y Julián Cisneros. Anteriormente a la meseta se le conocía como la Mesa del Pelotazo, en alusión al tiro de arcabuz.

Cuando el general Juan Andrew Almazán fue jefe de operaciones militares en Nuevo León, compró parte de una extensión de tierras a la familia Siller en 1936; ahí mandó hacer una colonia veraniega a la que llamaron Olinalá en honor al pueblo del cual era originario en el estado de Guerrero. Por ello mandó construir un camino rumbo a Chipinque, el cual incluía un puente que pasaba por el río Santa Catarina cerca de San Jerónimo. Este subía por la Loma Larga, por donde ahora está la escultura de la Diana y bajaba para adentrarse a las labores de la llamada Décima. Los trabajos de construcción estuvieron dirigidos por el también general Rodolfo Herrero. Estas obras propiciaron un eje vial del cual partía una avenida llamada Libertad hacia el norte, hoy Gonzalitos; al este la calle Hidalgo, al oeste San Jerónimo y al sur la carretera a Chipinque, inauguradas el sábado 7 de septiembre de 1935, comprendiendo el puente y la carretera a Chipinque. Ya con un acceso seguro y formal, el paraje se hizo famoso por su importancia y belleza. Se construyó un magnífico edificio que sirvió como restaurante el cual debió cerrar a fines de 1936 por incosteable, pero el lugar pronto se convirtió en un atractivo turístico, pues el entorno montañoso comprendía un bosque cercano a la ciudad de Monterrey, con todas las ventajas climáticas en contra de los fuertes calorones que se sienten en la región. En 1939 toda la Sierra Madre y algunas zonas montañosas situadas en los municipios circunvecinos de Monterrey, fueron declaradas como patrimonio del Parque Nacional Cumbres de Monterrey, el cual abarca la sierra de la Silla, la sierra de Santa Catarina conocida erróneamente como de la Huasteca y Chipinque.

En septiembre de 1976, siendo alcalde el ingeniero Enrique García Leal, se aprobó la disposición de cambiarle el nombre al camino a Chipinque, para llamarlo Manuel Gómez Morín en honor al ilustre abogado quien fuera rector de la UNAM, director del Banco de México y fundador del Partido Acción Nacional en 1939.

En agosto de 1989, siendo gobernador del estado, el Lic. Jorge Treviño Martínez, se aprobó la expropiación de dos mil 300 hectáreas del Parque Ecológico Chipinque, ubicado dentro del Parque Nacional Cumbres de Monterrey. Esta parte de la montaña se convirtió en patrimonio de Nuevo León, ubicada en los terrenos localizados en el municipio de San Pedro Garza García. Debido a presiones de inversionistas y desarrolladores inmobiliarios, el parque nacional acortó su jurisdicción territorial, pues casi toda la zona metropolitana de Nuevo León estaba dentro de la declaratoria oficial del parque Cumbres de Monterrey. Recientemente las familias que se quedaron con la mayoría de los terrenos, recuperaron el control de algunos sitios importantes de Chipinque.

Entonces el presidente Ernesto Zedillo redimensionó las zonas dentro del parque quedando el cerro de la Silla, la zona cercana a Chipinque y unos cientos de hectáreas dentro de la Sierra Madre de Santa Catarina, Santiago y Villa de García. Mediante decreto oficial de 1992, Chipinque quedó como parque ecológico con una vocación específica para la recreación y la conservación. Se formalizó un patronato integrado por el gobierno del estado de Nuevo León y la iniciativa privada, representada por siete de las más importantes corporaciones del país. El área total es de mil 625 hectáreas, de las cuales sólo 300 se hayan abiertas al público; aproximadamente 700 están destinadas para uso medio y las restantes a la protección y conservación. La misión del parque es proteger la flora y fauna silvestres, y garantizar la conservación de los recursos naturales por medio de procesos adecuados que promuevan una cultura de respeto y aprecio por los aspectos físicos y naturales.

En esa sección de la Sierra Madre conocida como la M, sobresale el “Copete de las Aguilas” a dos mil 236 metros sobre el nivel del mar, la emblemática “M” a dos mil 30 metros y la Ventana a mil 900 metros. La Mesa de Chipinque está a mil 525 metros sobre el nivel del mar. Desde la entrada hasta la meseta, hay siete kilómetros de camino sinuoso pavimentado. La diversidad biológica en esta zona de la Sierra Madre es muy rica. Existen bosques templados subhúmedos y matorral submontano. Los tipos de vegetación más importantes en la parte alta son el bosque de pino y el de encino, con pino colorado y el blanco, y los encinos asta, roble, memelito, molino duraznillo y blanco, en asociación con atractivas especies como el duraznillo, el aguacatillo, el madroño, el cerezo negro, y el nogal encarcelado. Desde Chipinque se puede ver toda la zona. Un bosque dentro de la ciudad, patrimonio de todos los nuevoleoneses.

Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina