La Villa de Santa Catarina

De Solares y Resolanas

Nuestros pueblos, de acuerdo a la usanza y nomenclatura ibérica, se dividían en ciudades, villas y pueblos. En las ciudades solo podían residir los poderes y los colonizadores de probada hidalguía y aristocracia. Mientras que las villas eran cohabitadas por españoles e indios. A su vez, existían varios tipos de pueblos: estancias, haciendas, misiones, reales de minas y presidios. Estos cuando subían de categoría, se constituían en valles, una forma política encabezada por un alcalde mayor elegido por los pocos vecinos que sabían leer y escribir.

Es pertinente aclarar que Santa Catarina ya ostentaba el título de alcaldía mayor desde poco antes de 1730. De acuerdo a la Constitución de Cádiz, en 1812 le fue otorgado el grado de villa por tener más de mil habitantes. Israel Cavazos Garza describe que “el número de vecinos ha crecido; pasa de mil doscientas almas, y el gobierno del reino, de acuerdo con la Constitución de 1812 y con el parecer del licenciado Rafael de Lano, asesor letrado, y de la Excelentísima Diputación Provincial, dispone que el valle de Santa Catarina deje de tener un alcalde mayor para nombrar su ayuntamiento”, cosa que logró a principios de octubre de 1820.

Pero aunque ya podía llamarse villa, curiosamente nunca uso ese calificativo político. No se sabe el por qué. Santa Catarina es, según versiones de algunos historiadores, preferentemente aquellos como José Eleuterio González, Santiago Roel y David Alberto Cossío, el único municipio de Nuevo León elevado al rango de villa por decreto presidencial. De acuerdo a esta afirmación, durante su estancia en el valle de Santa Catarina en los meses de febrero, abril y agosto de 1864, el presidente Benito Juárez, a petición de varios vecinos y dadas las muestras de hospitalidad y generosidad de sus habitantes hacia la causa republicana, le concedió el título de villa, aunque en la papelería oficial se le llame así a lo largo de 1862 y 1863.

Sin embargo, pese a contar con ayuntamiento propio y estar incluida como municipalidad en la constituciones de 1825 y 1857, Israel Cavazos Garza ha señalado que durante toda la primera mitad del siglo XX, el llamado “pueblo prócer” ostentaba en realidad la categoría de valle. Mas en términos estrictamente jurídicos, el primer documento en que se da el título de villa está fechado el 27 de mayo de 1861. Y por ésta razón, presentamos este escrito para conmemorar el 150 Aniversario de la consolidación formal como municipalidad. Aunque a decir verdad, no contamos con el decreto respectivo, lo cierto, es que para el sentir de los santacatarinenses, fue Benito Juárez quien elevó a villa a nuestro municipio. No fue Juárez, fue en realidad el entonces alcalde Mariano Rangel, quien comenzó a llamar villa a Santa Catarina, cargo que dejó de ostentar el 20 de noviembre de 1977 cuando fue elevada a la categoría de ciudad.

Antonio Guerrero Aguilar
Cronista de la Ciudad de Santa Catarina