A cuatro meses de que tenga lugar la elección de donde surgirá el próximo Presidente de la República y con los candidatos en plena campaña enfrascados en contienda muy reñida, cuyo resultado es impredecible, el Consejo General del IFE acordó acotar el proselitismo electoral de los servidores públicos.
La prohibición para campañas públicas y de imagen personal quedó en 40 días, a partir del próximo 22 de mayo, previéndose sanciones a los partidos que se vean favorecidos por la conducta o actos de servidores públicos que violen las nuevas disposiciones que buscan generar condiciones para el voto libre, sin influencias ni presiones.
Aunque en otros países quienes encabezan el gobierno hacen campaña abierta a favor de su partido y los candidatos que éste postule, en México no está permitido, aunque por debajo del agua y de manera velada también se acostumbra hacerlo.
Y para muestra tenemos la promoción del Presidente Vicente Fox al PAN y su candidato, Felipe Calderón con sus spots donde señala que "si seguimos por este camino" (con un gobierno panista), "mañana México será mejor que ayer" (cuando gobernaba el PRI).
Y cómo estará la cosa que hasta el ex presidente español, José María Aznar, vino a hacer proselitismo a favor de Calderón, en franca violación a las leyes mexicanas.
Si esto hubiera ocurrido en un sexenio encabezado por el PRI seguramente los panistas hubieran puesto el grito en el cielo, como hizo Vicente Fox durante su campaña cuando criticó acremente a Ernesto Zedillo por su activismo a favor de Labastida.
Quién hubiera pensado entonces que en la siguiente campaña presidencial, sin rubor alguno, Fox haría exactamente lo mismo.
Lo dicho: a excepción de los actores, en este sentido tampoco hay nada nuevo bajo el sol.
