El buen amigo y excelente periodista Miguel Ángel Celis, quien ya descansa en el sueño de los justos, dedicó una calavera el 2 de noviembre de 1982 en el periódico El Mañana de Nuevo Laredo, a los campeones nacionales de ese año que dice así:
Hubo unos niños campeones
que a Sabinas le dieron fama,
la muerte les dio jonrones
por jugar entre semana.
Después de haber conquistado
el banderín de campeón,
el equipo está enterrado
en el dugout del panteón.