En esta fecha, las habitaciones del poblado de Colorados de Abajo, que en su mayoría eran jacales construidos con leña, sillares y adobes, sus techos de pita que con mucha agilidad los hombres sacaban de las palmas silvestres, algunos techos eran de zacate, en aquel entonces había unas cuantas casas con el techo de terrado, es decir de vigas de pino, cubiertas con madera y encima tierra blanca y arriba una cubierta de mezcla hecha de cal y ceniza. Estas habitaciones lucían muy blancas ya que para ello usaban como pintura el barro, un barro muy blanco que sacaban de un lugar llamado El Barrito, que está a la orilla del río Alamo.
En el barrio Sur había en esa fecha una gran fiesta, una kermesse con carreras de caballos, coleaderas y jaripeo de potros, yeguas brutas, vaquillas y becerros.
Participan con mucha alegría las gentes de los diferentes lugares de Vallecillo y de Sabinas.
En la placita del lugar que estaba donde está la actual, había juegos permitidos por la ley, sin faltar los adivinos y los casamientos, y toda clase de antojitos mexicanos, y por la noche, un gran baile.
También por esas fechas llegaba al pueblo el circo del famoso señor Caballero (Chapaturrin) quien era único en sus actuaciones y los húngaros que exhibían películas, ya fuera a campo libre o en la cancha de la escuela Profesor Pedro A. Lozano.
Las señoras, se cuidaban mucho de que llegaran los húngaros a las casas, porque eran muy audaces para robar, siempre que estas personas se iban del lugar, faltaban algunos puercos ya que en aquellos años, había muchos.
Profr. Juan Manuel González Sánchez
Cronista de Vallecillo, Nuevo León