Profr. y Lic. Héctor Jaime Treviño Villarreal

Sabinerías

Sabinerías

Profr. y Lic. Héctor Jaime Treviño Villarreal¡¡¡COMPADRE!!!

Según su etimología la palabra compadre proviene del latín compater: de cum, como y pater, padre. ¿Pero, dónde y cuando surge el compadrazgo? interesante pregunta que bien pudiera ser tema de discusión de la cofradía cultural de la Academia de la Lengua Viperina que se reúne por la mañana del miércoles de alas ocho a las diez de la mañana en el restaurante “Al” de la Calzada Madero.

El compadrazgo nace en Europa y jugó un papel muy importante en la consolidación del régimen feudal; un individuo se hacía apadrinar por personas ubicadas en un estamento superior, para obtener seguridad, privilegios y canonjías, además extendía el compadrazgo a los individuos de su misma clase, para obtener solidaridad y ayuda.

Esta situación se repite en la actualidad en nuestro país y particularmente en Sabinas Hidalgo, donde ¡¡¡todos son compadres!!! Algunos por conveniencia, otros por status, unos más por mero convencionalismo social y otros, porque verdaderamente cumplen con su función o sienten ese parentesco.

Originalmente el compadrazgo surge del requerimiento católico contenido en el derecho canónico, de asignarle dos directores espirituales al niño en la ceremonia de bautismo, para que vigilen en forma paternal su futura formación cristiana.

Se obtiene así, una especie de parentesco que une a los padrinos del bautizado y a sus padres; un segundo tipo de padrinos son los de confirmación y los de matrimonio; en el primero, la Iglesia exige también un padrino del mismo sexo que el confirmado y en la ceremonia católica del matrimonio se acostumbran, aunque no son exigidos por la Iglesia; bodas ha habido, donde los padrinos llegan al centenar en este surrealista Valle de las Sabinas.

Aparentemente estos vínculos no parecen adquirir la importancia de los que se generan en el bautismo, a menos claro está, que usted viva en Sabinas Hidalgo, donde todo mundo se compadrea o comadrea, no importa ideología, partido, condición social, aunque en el modo de expresar la palabra que se une a la de compadre se ve el grado de aprecio: ¡qué chingón es mi compadre! o ¡pinche compadre es puro cabrón o ¡ vale madre mi compadre!

Y si nos vamos a la contraparte femenina: ¡qué linda es mi comadre, siempre tan servicial, tan atenta! ó ¡es muy víbora mi comadre! Refiriéndose también con suspicacia: ¡qué buena está mi comadre! ó ¡mi compadre es muy güilo! ó el clásico refrán: "compadre que no le anda por las asentaderas a la comadre, no es compadre".

Hay otro tipo de compadrazgo que se adquiere por decisión voluntaria, cuando dos personas acuerdan asignarse la calidad de compadres, para institucionalizar una relación de amistad y ayuda, sin que esté de por medio ninguna ceremonia civil o religiosa.

Se apadrinaba también al muchacho imberbe, que iba a hacer sus pininos en las casas non sanctas, mejor conocidas en el pueblo como "El Zumbido" y hablo en pasado, porque ahora muchos jóvenes ya se han "juramentado" antes de los catorce años.

El consumismo y la mercadotecnia han querido impulsar el día del compadre, pero a pesar de que han insistido casi una década en ello, no ha pegado la idea; los compadres no necesitan un día en especial, pues cada reunión es un pretexto ideal para departir animosamente.

La tradición del compadrazgo continuará firme, por estar bien arraigada en la región y que bien que así sea.

También los jóvenes

No siempre los inventores y sabios han sido ancianos, por ejemplo el italiano Guillermo Marconi (1874-1937) tenía apenas 27 años cuando logró la primera transmisión de radio entre Francia e Inglaterra y a los 35 años le fue concedido el premio Nóbel en Física en 1909.