Profr. Santos Noé Rodríguez Garza

Don Santos y su Ford (Vigésima cuarta parte): Los desfiles

Páginas Sueltas de la Historia de Sabinas

Profr. Santos Noé Rodríguez Garza

Desde tiempos muy remotos, en Sabinas; como en todas las poblaciones de la República Mexicana; se celebran los días patrios, organizando diferentes actividades, entre ellas: un desfile con la participación de las Autoridades, los Escolares y el Público en general.

Don Santos Rodríguez conduciendo su camioneta durante un desfile cívico

Profr. Santos Noé Rodríguez GarzaDesde tiempos muy remotos, en Sabinas; como en todas las poblaciones de la República Mexicana; se celebran los días patrios, organizando diferentes actividades, entre ellas: un desfile con la participación de las Autoridades, los Escolares y el Público en general.

Con cierta regularidad a Don Santos le solicitaban su fortinga, para adornarla y colocar a damas o caballeros, que representaban a los personajes de la fechas que se conmemoraban; el lugar que le asignaban en el cuerpo del desfile, casi siempre era a mediación; pues era la Ford un atractivo importante.

En cierta ocasión mientras se celebraba el desfile, y la Ford caminaba muy despacio, a un niño se le ocurrió tirar un salto y caer sobre el estribo del lado contrario al chofer, éste se distrajo, llamándole la atención al intruso y soltó el volante mientras trataba de bajar al polizón; actitud que propicio que la carcacha se saliera del medio de la calle y se precipitara contra el público, que estaba en las aceras observando el desfile; la gente gritó y corrió en la desbandada, y esto avisó y permitió que el conductor enderezara el rumbo y evitara una catástrofe.

Cuando Don Santos se enteró de lo sucedido, le llamó fuertemente la atención a la persona que conducía el mueble, y prometió no volver a prestarlo, sino era él, o uno de su familia el que lo condujera.

Pasaron los años y la Ford no volvió a aparecer en las celebraciones, en un día aciago de los que dejan un recuerdo amargo, tomaron la carcacha sin el permiso de Don Santos, para hacer un largo recorrido, los que la utilizaron no tuvieron la debida preocupación y la corrieron sin aceite: propiciando con ello que se desbielara; al no tener ya refacciones con que repararla, se quedó estacionada para siempre, ocasionando un dolor profundo, y una terrible angustia en aquel hombre que había forjado la mayor parte de su vida, sobre las cuatro ruedas de su Cucaracha, como él la llamaba

Continuará…

Profr. Santos Noé Rodríguez Garza
Cronista de Sabinas Hidalgo, Nuevo León

Camioneta Ford de Don Santos Rodríguez