Profr. Santos Noé Rodríguez Garza

Don Santos y su Ford (Novena parte): El Agente Federal de Caminos

Páginas Sueltas de la Historia de Sabinas

Profr. Santos Noé Rodríguez Garza

Como la fortinga era modelo 1924, a medida que pasaban los años, fueron escaseando las piezas de repuesto y se fue quedando sin luces primero, y luego sin algunas piezas originales.

Don Santos Rodríguez conduciendo su Ford en un desfile

Profr. Santos Noé Rodríguez GarzaComo la fortinga era modelo 1924, a medida que pasaban los años, fueron escaseando las piezas de repuesto y se fue quedando sin luces primero, y luego sin algunas piezas originales.

En alguna ocasión un buen amigo le trajo desde Detroit Michigan de la fábrica Ford, varias piezas que le sirvieron para reponer las que estaban en mal estado, para que siguiera funcionando.

Cuando trabajaba hasta tarde y se le hacía de noche, para regresar a Sabinas tenía en muchas ocasiones que subirse a la carretera asfaltada, recién inaugurada; sufría horrores, porque el Agente Federal de Caminos lo amonestaba, nunca lo multó; ya que para iluminar el camino, acostumbraba colgar en lar parte delantera una lámpara de carburo, que con su escaso resplandor apenas lo señalaba. Con tan poca luz, se convertía en un peligro para los muebles que transitaban en ambos sentidos, ya que en la parte trasera solo traía reflejantes. Don Santos con todo y lo ingenioso que era, no encontraba como solucionar el problema; inclusive llegó a colocar un candil que daba más luz, con la energía que le proporcionaban cuatro pilas secas, de aquellas que se usaban en los teléfonos antiguos.

Tantas ocasiones le fue llamada la atención, que el Policía Federal de apellido De la Calancha, lo veía venir, de día o de noche, se hincaba y le hacía la señal de la cruz con los dedos de la mano. Don Santos lo tomaba con mucha filosofía y se congraciaba con él, obsequiándole piezas de venado o jabalí, de los animales que cazaba; pues siempre portaba debajo del asiento, dispuesta para lo que se ofreciera, la carabina 30/30, ya que en aquellos años para andar en el monte había necesidad de traer una arma de fuego para defenderse de los peligros.

Detalle que la vida le permitía en su principal herramienta de trabajo, ya que con ella recorría la maraña de caminos que dividían ranchos, labores, ejidos y lugares donde se sembraba y apacentaba el ganado; lo conocían por todos lados y siempre asociaban a Don Santos con su Ford.

Continuará…

Profr. Santos Noé Rodríguez Garza

Camioneta Ford de Don Santos Rodríguez