Profr. Santos Noé Rodríguez Garza

Don Santos y su Ford (Segunda Parte): El aprendizaje

Páginas Sueltas de la Historia de Sabinas

Profr. Santos Noé Rodríguez Garza

Después de su intervención en la compostura de la troca, un día el Gringo llama a Don Santos y le pide que vaya a darle ayuda a otro trabajador que va a instalar un papalote; de aquellos que tenían su torre hecha de barrotes de madera; colabora en el trabajo y aprende la forma de hacer la torre y la manera como se coloca la máquina y las aspas, que dan vuelta a la rueda, que tira la varilla que mueve los émbolos que succionan el agua.

Profr. Santos Noé Rodríguez GarzaDespués de su intervención en la compostura de la troca, un día el Gringo llama a Don Santos y le pide que vaya a darle ayuda a otro trabajador que va a instalar un papalote; de aquellos que tenían su torre hecha de barrotes de madera; colabora en el trabajo y aprende la forma de hacer la torre y la manera como se coloca la máquina y las aspas, que dan vuelta a la rueda, que tira la varilla que mueve los émbolos que succionan el agua.

En forma por demás rústica y con el propósito de no olvidar los trazos y medidas; en un cuadernillo improvisado con trozos de papel estraza, hace todas las anotaciones que considera necesarias, tanto de la torre como de la máquina del papalote.

Sigue su trabajo de camionero y en la primera oportunidad que tiene de visitar el pueblo cercano, compra una libreta y en ella pasa todas sus anotaciones. Una ocasión en que iba a descargar pacas de algodón en una fábrica despepitadora, se queda varado un camión, que obstruye la entrada de los demás muebles; como el que seguía en la fila para descargar era Don Santos y no queriendo perder tiempo; pues de la cantidad de viajes que hacia con su camioneta dependía el salario que percibía; les propuso a los demás operadores hacer una maniobra para mover el estorbo. Colocó su camioneta de frente al mueble dañado, amarraron un cable a los ejes de ambos vehículos, y dándole reversa a su camioneta, pudo jalar el camión varado y sacarlo del lugar. La complacencia de todos fue grande, pues no tenían idea de la potencia que las máquinas Ford desarrollaban moviéndose de reversa.

Esa experiencia fue muy importante a los largo de su vida, en su Sabinas pudo poner en práctica lo asimilado y realizar varias hazañas con su Ford.

Fue corto el tiempo que permaneció en el Rancho del Gringo Johnson, pues se cansó de que fuese poca la paga y mucho el trabajo; se fue de nuevo a la aventura con rumbo a Houston, Texas. Llegó en tiempo de lluvias al emporio industrial y se cobijó bajo el techo de un pariente, que vivía en el conocido Barrio Magnolia, por la calle Navigation. A los pocos días entró a trabajar temporalmente en una bodega donde terminaban de armar las máquinas y las torres de los papalotes Samson; le cayó como una fortuna la oportunidad de conocer, las nuevas torres de hierro y los nuevos modelos de papalotes.

Así consolidó los conocimientos que empíricamente había adquirido y empezó a forjarse ilusiones de lo que podía hacer con sus conocimientos y experiencias, en el México de sus amores, que comenzaba a evolucionar y desarrollarse como resultado de la lucha armada que se había dado en su suelo.

Continuará…

Profr. Santos Noé Rodríguez Garza