Profr. Santos Noé Rodríguez Garza

Maestros que recuerdo con cariño – Primera parte

Páginas Sueltas de la Historia de Sabinas

Profr. Santos Noé Rodríguez Garza

Cuando niños, adolescentes y adultos, tuvimos siempre un personaje a nuestro lado, que influyó para modelar nuestro carácter y quizás nuestra vida; algunos de ellos unas eminencias científicas, literarias, históricas o de conocimientos generales, más que nuestros padres eran nuestros tutores naturales; nos aconsejaban y nos llevaban de la mano por los vericuetos de los libros repletos de conocimientos.

Profr. Santos Noé Rodríguez GarzaCuando niños, adolescentes y adultos, tuvimos siempre un personaje a nuestro lado, que influyó para modelar nuestro carácter y quizás nuestra vida; algunos de ellos unas eminencias científicas, literarias, históricas o de conocimientos generales, más que nuestros padres eran nuestros tutores naturales; nos aconsejaban y nos llevaban de la mano por los vericuetos de los libros repletos de conocimientos. Unos jóvenes, recién egresados de la aulas de la escuela Normal, otros empíricos, con bagaje cultural digno de alabanza. Ellos fueron nuestros Maestros.

En el arcón de mis recuerdos guardo momentos sublimes que rescataron del anonimato mi existencia; lleno de complejos y necesidades, propios de la gente humilde; me deslizaba por la vida dando tropiezos en las aulas; pero de pronto, estuvieron ahí para orientarme unos humanos generosos y llenos de virtudes, que me señalaron el camino a seguir. Entre los más destacados a los que jamás olvidaré son: Francisco J. Montemayor Martínez, Miguel Guadiana Villarreal, Daniel Guadiana Ibarra, Eugenio A. Solís Guadiana, Casimiro Tijerina Torres, Víctor Alejandro Méndez, Ma. Elva Solís Guzmán, Ercilia Puente Sada, Jorge Mascareñas Valadez, Raúl M. Garza Valle, Alejandro Chapa Villarreal, Ma. De Jesús Campos Sánchez.

Como olvidarme de las lecciones de oratoria aprendidas, del caudal inagotable del verbo sublime y elegantes de un Profr. Francisco J. Montemayor, quien también en el aula nos enseño como dar clases poniéndonos el ejemplo frente a un grupo de niños, a quienes sabía estimular de forma magistral, sobre todo cuando la respuesta era correcta, le enviaba al alumno un halago sublime diciéndole “tienes polvo de oro en las cabeza” y la criatura que recibía ese estímulo, jamás lo olvidaría ni en los momentos más difíciles de su existencia.

Amigo entrañable que sacudió las fibras más sensibles de mi ser, cuando me hizo un poema para que lo declamase en la inauguración de la Calle Niños héroes, anteriormente Calle de Piedra y aquello fuese mi bautizo en lo que sería mi larga carrera de orador pueblerino.

Loor eterno a Ti, entrañable Maestro.

Continuará…

Profr. Santos Noé Rodríguez Garza