Dijo el Señor: "yo soy el Alfa y el Omega" en otras palabras yo soy el principio y el fin. También el libro de libros dice "Polvo somos y en polvo nos convertiremos". Hoy hermano, has venido a cumplir ese mandato.
Ayer ya tarde pude ver grandes lágrimas que brotaban de los ya cansados ojos de mi madre y que corrían abundantes por sus mejillas, y ella hacía la interrogante ¿por qué él? y ¿por qué no yo, Señor? Todos contemplábamos el dolor lacerante de una madre, ante la pérdida de un hijo.
Fuiste un hombre sencillo, trabajador, honrado, nunca te apartaste de los principios inculcados en la casa. Hoy muchas vivencias están en la mente de todos los que te conocieron, todas esas vivencias han de formar un recuerdo de tu estadía en la línea del tiempo. Mi padre fue un eterno caminante por las calles del pueblo, en eso te parecías más que nadie a él. Tu sencillez y tu humildad las recordaremos siempre; fuiste un buen hijo, un amante esposo, un padre abnegado, y un abuelo cariñoso. No te hemos dicho adiós sino hasta luego. A un año de tu partida te seguimos recordando.
Pero así está el mundo y estas son "Nuestras Cosas".
Hasta la próxima.
Garza Inocencio
Miembro de la Asociación de Escritores de Sabinas Hidalgo
