Profr. Salvador Garza Inocencio

Nuestras Cosas

Nuestras Cosas

Profr. Salvador Garza InocencioAyer borroneamos tres o cuatro palabras por así decirlo, si tres o cuatro palabras para enmarcar a un hombre sencillo.

Sí, pocas palabras para decir muchas cosas; ellos, ustedes y nosotros, fuimos testigos de alguna parte de su vida, sí, de esa vida que se desarrolló en el lugar en el que le tocó vivir, allí por la calle Zaragoza entre Iturbide y Escobedo  y allá en sus años mozos frente a la Quinta Gloria.

Trabajó muchos años como tablajero al servicio de Don Ramiro González, pero el diario trajinar nos conduce a un estado físico antes del final.

Cuántas veces le faltó el gas y lo suplió con leña; cuántas veces le faltó energía eléctrica y se conformó con una vela que iluminara su humilde vivienda; y en otras cuantas le estrangularon el agua y la consiguió de sus vecinos; de esos vecinos a los que él quiso tanto; pero que tal vez no tuvo el tiempo para decirles cuánto los quería.

Muchas veces, sí, gran número de veces lo vimos en la banqueta de la esquina, allí en Iturbide y Zaragoza protegiéndose del agobiante calor veraniego a la sombra de una enorme casa; con su pensamiento absorto y su mirada perdida en el infinito y tal vez con su mente concentrada en quién sería el día de mañana el filántropo que lo sacara adelante.

Pero Tavo, continuó su vida, con la sencillez de los grandes y con una gran humildad.

Hoy vino a nuestra memoria Gustavo Durán Garza; Tavo, para nosotros y para algunos de sus amigos “La Pichurria”.

Pero así está el mundo y estas son Nuestras Cosas.

Hasta la próxima.