Si a tu fiesta invitas a esa persona, yo no voy. ¿Pero por qué? Es que tiene un carácter de todos los demonios, es una persona que no se soporta ni sola, yo no se cómo le hacen en su casa para tolerarle y como tu puedes aguantarla.
Expresiones de este tipo escuchamos con suma frecuencia y en muchos lugares.
El carácter es un conjunto de virtudes internas que hacen que el hombre que el hombre sea como es.
El carácter es interno y por consecuencia invisible.
De las personas podemos decir que son optimistas, atractivas, sencillas, generosas, sinceras cuando nos referimos a los rasgos de su carácter que afloran y destacan su personalidad es el carácter hecho visible.
Lincoln era magnánimo, Penélope era fiel. El Cid era leal, Napoleón era audaz, Alejandro era grande, Sócrates era sabio, Mesalina era perversa, Jesús era perfecto, Judas era traidor.
La magnanimidad, la fidelidad, la lealtad, la audacia, la grandeza, la sabiduría, la perversidad, la perfección, la traición constituyen el modo de ser y privativo de cada persona. El carácter es la marca que imprimimos a nuestro ser.
Pero así está el mundo y éstas son “Nuestras Cosas”.
Hasta la próxima.
